Con la presencia del obispo de la Diócesis de Mar del Plata, Antonio Marino, se inauguró ayer en Necochea el Jubileo de la Misericordia, que incluyó peregrinaciones desde los distintos templos hacia la parroquia central, donde se desarrolló una concurrida misa.  Pasadas las 20, el obispo hizo una oración frente al Instituto Nuestra Señora del Rosario y luego, junto con toda la comunidad, se trasladó al templo de Santa María del Carmen, donde hizo la inauguración oficial del Año de la Misericordia, bendijo la puerta y abrió la Iglesia.  Posteriormente se celebró la misa, con la renovación del bautismo, bendición del agua bendita y Eucaristía, con la participación de gran cantidad de personas que llegaron desde todas las parroquias en procesión. 

El significado El punto de encuentro fue en Santa María del Carmen, desde donde llegaron peregrinaciones de todas las parroquias con sus capillas. Se hicieron presentes las comunidades de Lourdes, Santa Teresita, Pompeya y Medalla Milagrosa de Necochea y Nuestra Señora de la Merced de Quequén. Además participó una delegación de Lobería.  Asimismo, la parroquia Santa María del Carmen, salió en procesión desde la av. 58 y calle 65, donde esperó a los fieles de Pompeya para llegar caminando.  Frente a la parroquia central, se montó un escenario, desde donde un grupo de músicos tocó y entonó canciones religiosas, seguidas por un grupo de jóvenes que cantaban a viva voz.  El obispo explicó que el Jubileo de la Misericordia significa "un año instituido por el papa Francisco para volvernos más concientes del don de la misericordia divina, descubrir lo que son las obras de la Misericordia tanto corporales como espirituales y sentir la alegría del Evangelio, sobre todo prestando atención a los lugares donde la Iglesia manifiesta esa misericordia”.  "Por momentos el mundo parece un mar de indiferencias respecto de los hermanos más dolientes, necesitados y en situaciones de riesgo, entonces la Iglesia debe ser como una isla de misericordia en medio del mar de la indiferencia”, señaló el obispo.  Para terminar, insistió que "el Año de la Misericordia moviliza mucho y hace que la Iglesia se abra más a quienes están alejados, una Iglesia que anuncia el Evangelio, que estimula a obrar el bien, principalmente por aquellos que más están necesitando de nosotros”.  El Jubileo comenzó el pasado 8 de diciembre y concluirá el 20 de noviembre de 2016, a pedido del papa Francisco, para celebrar el quincuagésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, profundizar en su implantación y situar en un lugar central la Divina Misericordia.///

Por el cambio de gobierno  El obispo diocesano, Antonio Marino, se refirió al nuevo gobierno nacional, encabezado por Mauricio Macri. "Esperamos que traiga esa mayor unión entre los argentinos que estamos necesitando porque un país no puede creer en su identidad y tener un proyecto común si hay divisiones profundas”, señaló.  En tanto, sobre el rol de la Iglesia dijo que "con todos los gobiernos se tiene el mismo principio de autonomía y colaboración”.///