La Iglesia en Lomas de Zamora continúa fortaleciendo su camino sinodal

La Iglesia en Lomas de Zamora continúa fortaleciendo su camino sinodal

Las parroquias de la diócesis comenzaron a reflexionar y trabajar en las "fragilidades" que surgieron de las asambleas del Pueblo de Dios, llevadas a cabo el año pasado por las vicarías.

Cerca de 250 representantes de las diversas parroquias de la diócesis de Lomas de Zamora se reunieron, el sábado 9 de marzo, en el colegio San José, de Burzaco, con el objetivo de reflexionar y trabajar en relación con la comunicación, los jóvenes, la misión, la formación, la familia y la atención a personas vulnerables, la Pastoral Vocacional y el compromiso en la vida parroquial: siete “fragilidades” que surgieron de las asambleas del Pueblo de Dios, llevadas a cabo el año pasado por las vicarías.

Participaron de la jornada, el obispo diocesano, monseñor Jorge Lugones SJ, el vicario general de la diócesis, presbítero Hugo Barrios; los seminaristas; el rector del seminario de la Santa Cruz, presbítero Daniel Bossio; el formador de esa casa, presbítero Andrés Vallejos; y con los párrocos y los Consejos de Pastoral de esa Iglesia particular.

Los representantes coincidieron en que esas siete “fragilidades” observadas en las comunidades ahora emergen como “nuevos desafíos pastorales”.

“Ahora son expresadas como desafíos pastorales para atender, desde nuestros diferentes espacios y posibilidades, desde marzo de 2024 al Adviento de 2026. Por lo tanto, desde este año, habrá una tarea a realizar, un camino en proceso para ocuparnos de ellas, desde la realidad concreta en la que realizamos nuestra misión evangelizadora, de acuerdo a lo expresado por el Consejo de Pastoral Diocesano, que convocó a la reunión de los párrocos y dirigentes” aseguraron.

Además, monseñor Lugones señaló que “esta reunión fue un paso importante para la diócesis”. “Ante los desafíos culturales, sociales y evangélicos que tenemos que afrontar, las fragilidades ahora son desafíos”, aseveró.

 

 

 

Por otra parte, el prelado manifestó: “Iremos pergeñando en grupos qué es lo que el Espíritu va soplando y nos va inspirando, para que, al regresar a nuestras parroquias, elijamos qué desafío de los siete trabajaremos, en función de la realidad de las parroquias y de lo que sea más necesario”.

“Desde la realidad diocesana que hoy se nos presenta, desde la realidad que conocemos en nuestras comunidades parroquiales, desde la propia realidad personal, estamos invitados a confiar, a aceptar la transformación, a cambiar la forma de hacer y hasta de entender, a tirar las redes aún donde parece que no vamos a ‘pescar’ nada”, expresó.

Durante el encuentro, hubo un momento de oración, con adoración al Santísimo incluida, antes del trabajo grupal en que los referentes pensaron tres acciones para responder al desafío pastoral que le correspondió a cada grupo.

Finalmente, el obispo animó a los representantes de las parroquias a “compartir la riqueza del trabajo” del día. A partir del encuentro, cada comunidad rezará y pensará qué “fragilidad” reconoce como prioritaria, la cual, a partir de entonces, será considerada como un desafío.

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