En el marco del Congreso nacional sobre la sinodalidad “Conversión personal para la comunión”, laicos, religiosas, sacerdotes, obispos y la comisión nacional de pastoral penitenciaria lamentaron los hechos.

Expresaron que “la cárcel también es Iglesia y la Iglesia siempre defiende la vida”, por consiguiente, “condenamos estos actos de muerte que enlutan muchas familias y a toda la sociedad hondureña”.

Conversión personal

Las organizaciones y miembros de la Iglesia aseguran que “estos acontecimientos dejan en evidencia la alta vulnerabilidad al respeto de los derechos humanos en Honduras, a la vida y a la dignidad de la persona que debe ser protegida en todas las circunstancias”.

Por ello, han exigido al Estado de Honduras que “se realicen los cambios profundos en el sistema penitenciario, donde se garantice la seguridad y la vida de los privados de libertad, con medidas preventivas, inclusión, rehabilitación e inserción en la sociedad”.

“Cristo vino por los pecadores y por la oveja perdida”, recordaron para añadir que “hacemos un llamado a una conversión personal de los que conviven en los centros penitenciarios y oramos por ellos y las familias de estas mujeres hermanas nuestras, víctimas de la violencia”.