Grupos xenófobos de Colonia atacaron a varios musulmanes

Grupos xenófobos de Colonia atacaron a varios musulmanes

Individuos de extrema derecha emprendieron un raid violento en la zona donde fueron agredidas mujeres en Año Nuevo

RLÍN.- La tensión que se vive en Alemania tras la ola de agresiones sexuales atribuidas a hombres de origen árabe y norafricano en Año Nuevo derivó en una de sus vertientes más temidas: la violencia xenófoba.

En dos incidentes separados, seis paquistaníes y un sirio fueron golpeados por grupos de personas la noche del domingo cerca de la estación de trenes en Colonia. Se trata del mismo sitio en el que se produjeron los robos y ataques sexuales a mujeres la noche del 31 de diciembre.

La policía reveló ayer que grupos de ultraderecha se autoconvocaron el fin de semana para agredir a personas de apariencia "no alemana" y "hacer justicia por su propia mano". "Es una señal muy alarmante que nos tomamos muy en serio", reconoció un vocero policial.

El riesgo de un brote xenófobo preocupa también a la nutrida comunidad musulmana que vive en Alemania. Aiman Mazyek, presidente del Consejo de los Musulmanes, denunció que el organismo viene recibiendo un aluvión de cartas y mails con amenazas e intimidaciones. "Vivimos una nueva forma de odio", dijo Mazyek al diario Kölner Stadtanzeiger. Los incidentes de Año Nuevo, añadió, hicieron que la ultraderecha "viera confirmados sus prejuicios y diera rienda suelta a su odio a los musulmanes, los extranjeros y cualquier persona de aspecto o ideas diferentes".

En un reflejo de la escalada de violencia verbal que las agresiones de Colonia generan en Internet, el popular portal de noticias Spiegel Online desactivó los comentarios de lectores en noticias vinculadas al tema para frenar el aluvión de aportes "inadecuados e insultantes".

La dimensión del escándalo crece día a día. La cifra de denuncias por los ataques del 31 de diciembre en Colonia aumentó ya a 516, un 40% de las cuales se refieren a delitos de corte sexual. De los 19 agresores identificados hasta ahora, ninguno tiene nacionalidad alemana y la mayoría son refugiados.

La imagen de una de las ciudades más abiertas y alegres de Alemania convertida en zona liberada para grupos de hombres a la caza de mujeres no sólo consternó a la sociedad alemana: también sacudió los cimientos de la política de puertas abiertas impulsada por Angela Merkel para hacer frente a la crisis de refugiados en Europa.

La líder cristianodemócrata (CDU) rechaza hasta ahora imponer cuotas máximas de refugiados, como le reclaman sus socios de la Unión Cristianosocial (CSU), pero el sábado apoyó un endurecimento de las normas de asilo que prevé, por ejemplo, facilitar la expulsión de refugiados que cometan un delito.

La investigación sigue dejando numerosas incógnitas abiertas. La principal es si los ataques en Colonia fueron espontáneos e improvisados, como sostiene la policía, o planificados, como dio por hecho el ministro de Justicia, Heiko Maas.

Otro elemento que quedaría golpeado por el escándalo es la "cultura de bienvenida" que mostraba gran parte de la sociedad alemana para afrontar el desafío que supone acoger a los 1,1 millones de refugiados que el país recibió sólo en 2015.

En un sondeo difundido ayer, el 60% no modificó su opinión de los extranjeros pese a la implicación de refugiados en las agresiones sexuales. El 37%, por el contrario, dijo tener ahora una opinión más negativa; el 57% temió que los refugiados aumenten la criminalidad.

El ánimo social pesará en los cálculos de Merkel a la hora de tomar decisiones en un año marcado por cinco elecciones regionales.

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