Gabriel Ben Tasgal: «Para los judíos de Israel el conflicto es territorial, para los palestinos es religioso»

Gabriel Ben Tasgal: «Para los judíos de Israel el conflicto es territorial, para los palestinos es religioso»

Vis á Vis dialogó en exclusiva con Gabriel Ben Tasgal, el analista político internacional y experto en Medio Oriente que el próximo jueves 12 de septiembre a las 19.30 en el Espacio de Arte de AMIA presentará su nuevo libro «300 preguntas en 300 palabras».

 

Ben Tasgal habló sobre el contenido del libro que penetra profundamente en los mitos y realidades del conflicto palestino-israelí, del periodista argentino crítico de Israel, Pedro Brieger y cómo puede influír un posible cambio de gobierno en la Argentina.

– ¿Cómo definirías al libro que vas a presentar?

Es un intento “esperanzador” de explicar el conflicto entre palestinos e israelíes en el idioma en el que hablan y debaten los locales y no en la clásica traducción al latinoamericano (con fuerte influencia materialista-marxista). Por otro lado, todos análisis extremistas de la realidad; y este libro no es un ejemplo de ello; se basa en falacias y manipulaciones. Cuando leemos ciertos artículos o libros sobre Medio Oriente sobresalen claras mentiras. Por ejemplo, libros que argumentan que el ejército israelí expulsó a todos los “refugiados palestinos” (en 1948) y eso justifica o provocó el conflicto. Bueno, es claramente falso. La inmensa mayoría de los refugiados palestinos huyeron porque ellos temían que los judíos les hiciesen lo que ellos le hubiesen hecho a los judíos si hubiesen podido. Aunque sí se ejecutaron expulsiones como las de Ramle-Lod ordenada por Moshé Dayan.

 

– ¿Creés que 300 palabras alcanzan para responder a cada una de las 300 preguntas?

Contaré una anécdota. Resulta que una de las profesiones que he tenido la suerte de estudiar es publicidad. Estudiaba en Tel Aviv y mi profesor de Copy me dijo contundente: “Si usted no es capaz de resumir una película de cine o un partido de fútbol en 100 palabras entonces dedíquese a otra cosa”. 100 palabras era una exigencia imposible así que concluimos en 300 para responder a 300 preguntas. Veamos… cuando tenemos una limitación de palabras como me he impuesto en este libro debes ofrecerle al lector solamente la información relevante y fundamental. Cada pregunta que planteaba la desarrollaba de la siguiente forma: primero escribía todo lo que deseaba, que solían ser 1000 palabras, y luego iba eliminando todo lo que no era indispensable reduciendo frases ya que salgo del punto de partida que si un lector invierte su tiempo en este libro yo no tengo derecho a distraerlo con mis delirios dialécticos.

– En tu prólogo hablás de los códigos de Medio Oriente. ¿Quién los conoce? ¿Cómo son?

Evidentemente si le preguntás a un Moshe Shamir, a un Moty Keidar o a Eli Avidar si conoce los códigos del Medio Oriente la respuesta será obvia. Te sorprenderá hasta qué punto cuando académicos o periodistas latinoamericanos se refieren al Medio Oriente y, en especial, al conflicto palestino-israelí, los parámetros dominados por los distintos alumnos de Bernard Lewis brillan por su ausencia. Por supuesto que hay excepciones. La primera identidad en el Medio Oriente es la identidad de la Jamula (Clan) y la segunda es la religión. Un reino con una sola Jamula dominante y sin competencias; como Qatar o Kuwait; disfruta de estabilidad mientras que la heterogeneidad de Irak la condena a la anarquía. Eli Avidar en su libro “Tehom” (El Precipicio) explica varios códigos del Medio Oriente como por ejemplo entender que cuando un líder de la región declara algo en público sus palabras son más importantes que lo que musita en privado. Siendo así, si los portavoces de Hamás, Irán o de Hezbollah aúllan su deseo de eliminar a Israel, lo dicen en serio y no son simples provocaciones demagógicas.

– ¿Por qué considerás que los más críticos de Israel son los propios israelíes?

Tené en cuenta que la crítica cruel es también la fuente de nuestra extraordinaria capacidad para crear. Desde los días en el que los judíos sucumbimos al dominio extranjero y desde que los romanos trataron de imponernos su forma de vida, los judíos nos hemos revelado sin aceptar con facilidad las ofertas foráneas. No aceptamos con facilidad los hipódromos romanos ni a los que se presentaban como Mesías. Shimón Peres solía decir que Dios no nos ha dado ni agua, ni petróleo ni riquezas materiales pero hemos recibido el mayor de las bendiciones que es nuestro inconformismo. Si a eso le sumás que en la cultura judeo-cristiana el principal culpable o acusado de nuestros fracasos o errores somos nosotros mismos entonces observás unos niveles de autocrítica, a veces, flagelantes. Muchas veces coincido con las palabras de Berl Katzenelson cuando comentó: ¿Existe otro pueblo en la Tierra tan retorcido emocionalmente que considera que todo lo que su nación hace es despreciable y odioso, mientras que cada asesinato, violación, robo cometidos por sus enemigos llena su corazón con admiración?

– ¿Cómo se manifiesta el antisemitismo hoy en día?

Los tres argumentos más comunes entre antisemitas es citar directa o indirectamente los “Protocolos de los Sabios de Sión” en donde se acusa a los judíos de dominar el mundo y estar detrás de todas las desgracias que aquí ocurren; un antisemita moderno niega el Holocausto y por último, es común que el antisemita se defina a sí mismo como Anti-Sionista ya que asumir su odio hacia los judíos no es políticamente correcto. Por otro lado, quienes instigan o los portavoces fundamentales del antisemitismo moderno son, en la actualidad, la inmigración musulmana en Europa, los dirigentes de la extrema izquierda en varios lugares del mundo y los medios de comunicación o las redes sociales.

– ¿Cómo se trabaja para combatirlo en las redes sociales?

Voy a decir algo en general…la mejor forma de combatir el antisemitismo es a través de la educación. Comunidades judías como la peruana o la costarricense, por ejemplo, trabajan con educadores no judíos para formarles en temas de antisemitismo y eso produce resultados. La segunda opción es a través de las demandas judiciales contra antisemitas. Me parece inconcebible que antisemitas modernos consideren que insultar y humillar a los judíos no les provoca costes. Cuando “no hay que pagar” por ser antisemita, aquel que odia no se siente amedrentado. Hay que entender, ser antisemita no es una opinión más…ser antisemita es odiar y ese odio ha provocado asesinatos y genocidios a lo largo de la historia en donde los judíos hemos sido las víctimas. Las redes sociales lo que hacen es potenciar el odio que aún persiste y que data de hace XXIII siglos.

– Brindás seminarios en todo el mundo, ¿Cuál es la recepción a esta temática?

El principal argumento sobre el conflicto palestino israelí que ofrecemos es explicar que para la mayoría de los judíos en Israel el conflicto es territorial. En otras palabras, la inmensa mayoría de los judíos creemos que si renunciamos a territorios deberíamos conseguir a cambio de esto paz. El problema que para el lado palestino, y para los principales instigadores de la destrucción de Israel en el Medio Oriente, el conflicto es religioso. Por ende quien impone la naturaleza del conflicto es quien agrede y es el lado palestino quien agrede imponiendo justamente que el conflicto sea religioso. Tras el ascenso de ISIS en el medio oriente y el flujo inmigratorio a Europa, argumentos como el nuestro, que piden “estudiar religión (islámica) para comprender el Medio Oriente, son cada vez más populares y aceptados.

– Mencionás el libro de Pedro Brieger como un trabajo periodístico que no colabora en el esclarecimiento del conflicto palestino-israelí, ¿por qué?

Principalmente por dos razones. Pedro Brieger se ha nutrido de la escuela marxista que lo guía en sus análisis periodístico. Brieger explica que el principal conflicto entre palestinos e israelíes es por “ocupación” y que Israel les impone a los palestinos un régimen de Apartheid. La primera parte de su argumentación es anacrónica y extremadamente fácil de rebatir. La segunda es simplemente un insulto para demonizar a Israel. Por otro lado, para que sus prejuicios se mantengan, Brieger afirma que el sionismo fue y es un movimiento que quiso imponer un “estado solamente para los judíos”, que los judíos en 1948 expulsaron adrede y de forma planificada a los palestinos y que Israel ocupa a los palestinos de Gaza y Cisjordania como si no existiese Oslo ni la Desconexión del 2005. Es interesante que Brieger se cree con derecho de interpretar la ideología sionista NO en base a lo que promulgaron o escribieron los patriarcas del sionismo. Argumenta que Yosef Weitz planificó la expulsión de los árabes en 1948 pero ni Weitz era quien trajo esa idea (fueron los británicos), Weitz no era director de la Agencia Judía (sino de KKL) y su idea (que fue citada por Brieger solo parcialmente) no fue aceptada ni ejecutada por los líderes judíos. En resumen, un análisis dogmático y débil en fundamentados.

– ¿Cómo definís al sionismo?

La definición clásica es que es el Movimiento de Liberación Nacional del Pueblo Judío. Sin embargo, lo explicaré de otra forma. Los judíos hemos sido y somos, un pueblo. Abraham Infeld afirma que somos cinco cosas a la vez: Un pueblo, una religión, una cultura y costumbres parecidas, una memoria colectiva y un idioma común (Infeld dice que si un judío logra mantener tres de las cinco, su herencia pasa a sus hijos). Los judíos somos un pueblo (también). Somos los descendientes del reino de Judea. Pertenecemos a dos pueblos igual que quien es chino-argentino o italiano-argentino. Somos judíos y argentinos. Si todos pueden tener dos identidades nacionales menos los judíos se nos está discriminando. Como los judíos somos un pueblo tenemos derecho a un estado propio. Esta idea de anhelar crear un estado en la tierra de Israel se conoce como “Sionismo”. Frente a eso, para quien demoniza a los judíos y a Israel el “Sionismo” es sinónimo de todo lo malo o  todo lo que él odia…para el antisemita si le queman la sopa el culpable es el “Sionismo Culinario”.

– ¿Por qué Franco Fiumara y Sergio Pikholtz presentan tu libro?

Fanco Fiumara es un enorme amigo de la justicia y del pueblo judío. El juez Fiumara impulsa el enjuiciamiento en ausencia de los terroristas de la AMIA. Es un honor que una figura tan noble haya leído mi libro, lo haya valorado y esté dispuesto a presentarlo.  Sergio Pikholtz, Presidente de la OSA (Organización Sionista Argentina) es simplemente el arquitecto de este libro. La idea fue suya y la ejecución también. He sido bendecido con su amistad.

– ¿Tiene solución el conflicto palestino-israelí?

En la actualidad lo dudo pero a largo plazo así será. Siempre y cuando los israelíes sigamos pensando que la tierra es menos importante que la vida y estemos dispuestos a ceder territorios nacionales para alcanzar la paz entonces “el balón” seguirá en el campo palestino. Los palestinos han rechazado, por lo menos cinco veces, las propuestas de paz que se les ofreció. No las aceptaron ya que rechazan la existencia de un estado judío por motivos esencialmente religiosos. La solución pasa por una reforma dentro del campo palestino. La presión a la que se ven sometidos bajo el gobierno de Trump y los cambios en el Medio Oriente perjudican fatalmente los intereses palestinos, debilitando su capacidad para seguir rechazando la existencia de Israel.

– ¿Creés que un posible cambio de gobierno en Argentina puede afectar las relaciones bilaterales con Israel?

Por supuesto. El problema principal que tiene Israel en el continente es la inestabilidad de los gobiernos en índole interno y en sus relaciones internacionales. Evidentemente un gobierno como el de Cristina, que alentó la firma de un Memorándum que blanqueaba a Irán o que se expresaba de forma antisemita como cuando sugirió entender el fenómeno de los Fondos Buitres leyendo el Mercader de Venecia de Shakespeare, no era un aliado natural de Israel. Pero tengamos en cuenta algo… un gobierno de izquierda no necesariamente debe expresarse en contra de Israel y demonizarlo. Veamos lo que sucede, por ejemplo, en el México de López Obrador.

– ¿Cómo ves a la dirigencia judía argentina y a su comunidad?

No poseo tanto conocimiento de lo que sucede en la interna del país para emitir un juicio serio. Lo único que puedo señalarte es que la red educativa judeo-sionista en Argentina, que le ha brindado a la humanidad de grandes dotados, debe volver a ser fundamental en la formación de nuestras identidades.

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