Frente al avance de la violencia en Rosario, la Iglesia pidió a la clase política “salir de la grieta de los relatos”

Frente al avance de la violencia en Rosario, la Iglesia pidió a la clase política “salir de la grieta de los relatos”

El arzobispado local llamó a abandonar la violencia discursiva y expulsar “a quienes por acción u omisión son cómplices de una corrupción que mata”.

El arzobispado de Rosario trazó un dramático diagnóstico sobre el avance de la violencia y el narcotráfico en esa ciudad santafesina y reclamó a la clase política salir de la grieta de los relatos, abandonar la violencia discursiva y “erradicar de sus filas a quienes por acción u omisión son cómplices de una corrupción que mata”.

“Hoy el sueño de la ciudad turística fracasa como consecuencia del abandono que han vivido nuestros barrios donde viven los pobres y la clase media trabajadora con   una infraestructura deficiente en el sistema eléctrico de iluminación, en lo sanitario, la limpieza, el transporte público, en su asfalto y sus veredas”, advierte la declaración conjunta de la Pastoral de los Barrios Populares y la Pastoral de Drogadependencia, que trabajan junto al arzobispo de Rosario, Eduardo Martín.

Con el título “Rompamos el silencio que mata”, el pronunciamiento de la Iglesia local advierte que los rosarinos hoy se ven obligados a migrar no solo hacia el exterior del país, sino también hacia las ciudades y pueblos vecinos en busca de una vida más segura”.

Advirtió sobre el silencio del Estado, cuando “lleva 25 años sin realizar campañas de prevención a través de los medios de comunicación, de las redes sociales, en el sistema de educación y de salud.

También llamó a fortalecer las estructuras federales y provinciales de la Justicia “con cargos, infraestructuras y tecnología suficiente para investigar los entramados del poder corrupto público y privado”.

“Tal vez la detención de unos pocos poderosos, prevenga que miles de pobres terminen llenando las cárceles, los hospitales y los cementerios”, añade la Iglesia en el documento.

Frente al avance del comercio de la droga, la Iglesia advierte: “A diario escuchamos hablar de la oferta del narcotráfico y las muertes que genera, pero poco hablamos de la demanda que hay en nuestra sociedad de consumo. Es necesario salir del silencio hipócrita y acrítico que no problematiza los consumos”.

 

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