Francisco en Santa Marta: «No a los cristianos de doble vida»

Francisco en Santa Marta: «No a los cristianos de doble vida»

No sirve ir a Misa, dijo el Papa, si luego se dan sobornos; no se puede vivir una vida cristiana conducida por la mundanalidad

Por DOMENICO AGASSO JR.

ROMA

Nuevamente el tema de la mundanidad del llamado que lanzó Papa Francisco resuena, después de haber puesto en guardia frente a un peligro que entra «lentamente, crece, se justifica y contagia: muchos males provienen de ahí». Hoy, el Pontífice invitó a tener cuidado, porque este peligro «lleva a la doble vida». La ocasión para esta advertencia, como ayer, fue la Misa matutina en la capilla de la Casa Santa Marta. Otra relación con la homilía pronunciada ayer fue la definición de la identidad cristiana, cuya defensa se lleva a cabo mediante la coherencia y la lucha contra las tentaciones. Lo indicó La Radio Vaticana.

Francisco reflexionó sobre la Primera lectura del hoy, del Segundo Libro de los Macabeos, en el que se lee que el anciano Eleazar «no se deja debilitar por el espíritu de la mundanidad» y prefiere morir antes que rendirse al «pensamiento único», otro de los conceptos que afrontó ayer el Papa argentino. Eleazar no acepta comer carne de cerdo, como lo invitaban sus «amigos mundanos», preocupados por su salud: mantiene su dignidad «con esa nobleza» que «tenía por una vida coherente, va al martirio, da testimonio».

El punto crucial para Papa Bergoglio es que la «mundanidad espiritual nos aleja de la coherencia de la vida», y nos vuelve «incoherentes»: se «hace finta de ser así», pero en realidad se vive «de otra manera».

Es difícil conocer la mundanidad desde el principio, «porque es como la polilla que destruye lentamente, degrada la tela y luego esa tela» queda inutilizaban, «y ese hombre que se deja sacar adelante por la mundanidad pierde la identidad cristiana». Así, la polilla de la mundanidad «ha arruinado su identidad cristiana, es incapaz de coherencia: ‘Oh, yo soy muy católico, padre, voy a Misa todos los domingos, soy muy católico’. Y luego vas a trabajar, haces tus oficios: ‘Pero si tu me compras esto, hacemos este soborno y tu te quedas el soborno’. Esta no es coherencia de vida, esta es mundanidad, por poner un ejemplo». El Papa denunció: «La mundanidad te lleva a la doble vida, la que parece y la que es verdadera, y te aleja de Dios y destruye tu identidad cristiana».

Por este motivo, Cristo es «tan fuerte» cuando le pide al Padre que salve a los discípulos del espíritu mundano, «que destruye la identidad cristiana».

Francisco subrayó: «El espíritu cristiano, la identidad cristiana, nunca es egoísta, siempre trata de cuidar con la propia coherencia, cuidar, evitar el escándalo, cuidar a los demás, dar un buen ejemplo. ‘Pero no es fácil, padre, vivir en este mundo, en el que las tentaciones son muchas, y el truco de la doble vida nos tienta todos los días, no es fácil’. Para nosotros no solo no es fácil, es imposible. Solo Él es capaz de hacerlo. Y por eso hemos rezado en el Salmo: ‘El Señor me sostiene’. Nuestro sostén contra la mundanidad que destruye nuestra identidad cristiana, que nos lleva a la doble vida, es el Señor».

Dios es el único que puede salvar a las mujeres y a los hombres, insistió Francisco, y la oración será: «Señor, soy pecador, de verdad, todos lo somos, pero te pido tu sostén, dame tu sostén, para que no haga finta de ser cristiano, por una parte, y, por otra, viva como un pagano, como un mundano».

Al final, el Papa invitó a leer la Biblia, «el segundo Libro de los Macabeos, el capítulo sexto, y lean esta historia de Eleazar. Les va a hacer bien, les dará valentía para ser ejemplo para todos, y también les dará fuerza y sostén para sacar adelante la identidad cristiana, sin compromisos, sin doble vida».

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