Francisco: Misionar es salir de sí mismo para dar lo mejor de sí mismo

Francisco: Misionar es salir de sí mismo para dar lo mejor de sí mismo

El Santo Padre envió un videomensaje tras la misión de solidaridad llevada adelante por la parroquia Nuestra Señora de la Asunción, de la Diócesis de Río Cuarto, situada al sur de la provincia de Córdoba, en Argentina.

 

“Los sueños se construyen juntos”: este es el lema de la misión organizada por la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción (de la Diócesis de Río Cuarto) entre las poblaciones indígenas de Salta, Victoria Este y Nueva Orán. Esta frase tan significativa, que es extraída de la encíclica Fratelli tutti, es recordada por el Papa Francisco en un videomensaje que les envía y se ha hecho público este miércoles 10 de agosto.

A los jóvenes y adultos que participaron de esta experiencia del 8 al 17 de julio, les expresa: “Gracias por lo que han hecho, gracias por ese trabajo”. Les recuerda: “Sigan adelante. Porque misionar es salir de sí mismo para dar lo mejor de sí mismo y lo mejor que Dios regala, y eso es una cosa muy bella”.

El Pontífice también saluda al Padre Mariano Cordeiro, “que los acompaña en todo esto”, afirma. “Y recen por mí, también rezo por ustedes. Así que a misionar otra vez. Que Dios los bendiga”, concluye el Obispo de Roma.

Tocar la carne de Jesús

En una carta enviada a Vatican News, el Padre Mauricio Cordeiro amplía detalles sobre la experiencia y se refiere a la importancia del lema de la misión. Explica que transcurrieron los días con las comunidades wichi, celebraron bautismos, acompañaron a las familias, se efectuaron misas y celebraciones en medio del monte, jugaron con los niños, “llevando la Palabra de Dios, compartiendo la vida y la fe”.

El presbítero reconoce que se enriquecieron “con la cultura de los hermanos originarios, saliendo al encuentro de los más pobres”. “Pudimos tocar la carne de Jesús en estas personas, en medio de una pobreza extrema, que duele, y da impotencia, Jesús nos miraba y nos sonreía en el rostro de cada hermano del monte”, escribe Cordeiro en un texto cargado de emoción.

El sacerdote comparte que las comunidades del monte son numerosas y muchas de ellas sufren problemas de desnutrición, falta de agua potable y dificultades en el acceso al servicio médico. “Causa mucho dolor la falta de humanidad con la que son tratados nuestros hermanos originarios, olvidados por todos, siendo uno de los lugares más pobres del país”, subraya.

“Pero el Señor no abandona a sus hijos…. Nunca. Hemos percibido que el Espíritu sopla en el monte, en lo sencillo, en lo pequeño, en lo misterioso”.

Según el Padre Cordeiro, “nuestros jóvenes han vuelto llenos de ilusión y esperanza, los pobres les han abiertos los ojos, creo que el Señor despertó su sensibilidad para educarlos con el compromiso con los hermanos, con el prójimo”. “Mis jóvenes son el tesoro de mi vida, me llenaron de orgullo haciendo esta tarea misionera”, confiesa.

Hace tres años visitan estos grupos aborígenes, explica que su deseo es “crecer en la amistad con estas comunidades originarias, ser sus amigos, compañeros, y por eso dos veces al año los visitamos, y recorremos más de 5 mil kilómetros para llegar hasta las fronteras con Bolivia y Paraguay, llegando bien a la periferia, monte adentro, donde late el corazón de nuestro amado Reino, el de Jesús, el de los pobres, el de los pequeños…”, concluye.

“Gracias, Jesús, por el corazón solidario de los jóvenes”

En redes sociales, Cordeiro manifiesta su gratitud a los adultos y jóvenes que protagonizaron la misión. “Gracias por abrir sus corazones a tantos rostros, por darse sin medida, por comprometerse con los abandonados y frágiles, por estar cerca de los más necesitados, por entregar el tesoro que llevan en su corazón a cada familia”.

Y agrega: “Gracias por darnos testimonio de esperanza, de fe y humanidad. Gracias por ayudarnos a soñar un mundo más humano, más justo y solidario. Gracias queridos jóvenes por tanto amor entregado en los gestos más simples, gracias por sus dones y talentos ofrecidos con tanta generosidad para que otros sean más felices. Gracias por invitarnos a soñar un mundo mejor… Gracias por ser instrumentos del amor de Dios que quiere llegar a todos los corazones”. Termina agradeciendo la compañía, enfatizando cuánto los valora y remarcando: “Son nuestro tesoro”.

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