Las últimas expresiones de Raúl Castro han generado una repercusión incalculable.

El líder de una revolución marxista-leninista, y por lo tanto atea, anuncia su intención de volver al cristianismo.

Es que así ha sido en América Latina; sus líderes siempre han señalado al Cielo para establecer la justicia en sus pueblos. Desde Evita hasta Chavéz, nuestros pueblos siguen siendo creyentes. Y Francisco, desde este fin del mundo, reconfigura el Vaticano, y quiere modificar el tablero internacional. Cuba lo entendió, y Raúl Castro, entre oraciones y geopolítica, aceptó su liderazgo. Medio Oriente sigue siendo una agenda compleja y difícil. Pero el Papa, luego de intervenir para impedir que Obama ataque Siria -en uno de los momentos más críticos del mundo-; además de continuar su denuncia contra los fabricantes de armas, adoradores del dios dinero, ese "excremento del diablo"; también refuerza la cuestión central de la región: Palestina.

En su momento, fue la gira a Tierra Santa; y la aberrante respuesta de Netanyahu bombardeando Gaza, no impidió que Francisco abandonará sus esfuerzos.Hoy el planeta repite el regalo del Papa al pueblo palestino. El ángel de la paz, Mahmud Abbas, llegó al Vaticano tras el reconocimiento de su estado. Y Palestina, en su sufrimiento cotidiano, festeja, a pesar del odio de los mismos de siempre. Festeja el pueblo palestino también el especial homenaje a la grey cristina palestina. Importante y serio gesto del Papa al canonizar a dos monjas palestinas.

Los medios de comunicación han tomado nota, si se olvidan de Palestina, Francisco se los recordará.Y por eso, los argentinos todos, en especial los descendientes de árabes, o quienes somos musulmanes, queremos otra vez, agradecerle.Con Palestina el reino de Dios entre los hombres está más cerca; sin ella, nuestro mundo parece el de los mercaderes del templo.