Francisco: hay comida para todos; Dios juzgará a los potentes de la Tierra

Francisco: hay comida para todos; Dios juzgará a los potentes de la Tierra

El Papa celebró la misa para la apertura de la Asamblea de la Caritas Internationalis, que, dijo, no es una simple organización humanitaria. Volvió a lanzar un llamado por los cristianos expulsados de sus casas y de sus Iglesias

Dios juzgará un día a «los potentes de la Tierra» y sabrá «si verdaderamente han tratado de proveer la comida para Él en cada persona y si actuaron para que el ambiente no sea destruido». Lo dijo Papa Francisco abriendo, con una misa celebrada en San Pedro, la XX Asamblea de Caritas Internationalis (que se lleva a cabo del 12 al 17 de mayo), titulada “Una familia humana, comida para todos”. El Pontífice argentino subrayó que Caritas no es una «simple organización humanitaria», ni la sede central está a cargo de las Caritas de las Iglesias particulares, y reveló «el deseo de la Iglesia de ir al encuentro de Jesús en cada persona, sobre todo cuando es pobre y sufre». Francisco renovó el llamado a no olvidar a los hermanos cristianos «expulsados de sus casas y de sus Iglesias, a veces destruidas».

Caritas, dijo el Papa, «ya es una gran Confederación, reconocida ampliamente incluso en el mundo por lo que hace. Caritas es una realidad de la Iglesia en muchísimas partes del mundo y –subrayó– debe encontrar todavía más difusión en las diferentes parroquias y comunidades, para renovar lo que sucedió en los primeros tiempos de la Iglesia. De hecho, la raíz de todo su servicio está justamente en la acogida, simple y obediente, de Dios y del prójimo. Esta es la raíz. Si se quita esta raíz, Caritas muere». 

 Y esta acogida, indicó Jorge Mario Bergoglio, «se cumple en ustedes personalmente, para que después ustedes vayan al mundo, y allí sirvan en nombre de Cristo, que han encontrado y que encuentran en cada hermano y hermana con los que están cerca, y justamente por esto se evita reducirse a una simple organización humanitaria. Caritas de cada Iglesia particular –añadió– es la misma; no hay Caritas grandes y Caritas pequeñas, todas son iguales. Pidamos al Señor la gracia de comprender esto, de no caer en la idea de que un centralismo organizado es la vía, la gracia de comprender que Caritas está siempre en la periferia, la gracia de comprender que la Caritas centro es solo servicio, experiencia de comunión y no el encargado de todo. Quien vive la misión de Caritas no es un simple agente, sino justamente un testimonio de Cristo. Una persona que busca a Cristo y se deja buscar por Cristo; una persona que ama con el espíritu de Cristo, el espíritu de la gratuidad, del don. Todas nuestras estrategias y planificaciones quedan vacías si no llevamos en nosotros este amor. No nuestro amor, sino el suyo. O, mejor todavía, nuestro amor purificado y reforzado por el suyo. Y así se puede servir a todos y preparar la mesa para todos. Esta también es una imagen hermosa que nos ofrece la Palabra de Dios hoy: perparar la mesa. Dios prepara la mesa de la eucaristía, incluso ahora».

Caritas, dijo el Papa, «prepara muchas mesas para los que tienen hambre. En estos meses han desarrollado la gran campaña “Una familia humana, comida para todos”. Mucha gente espera comer lo suficiente incluso hoy. El planeta tiene comida para todos, pero parece que falta la voluntad de compartir con todos. Preparar la mesa para todos y pedir que haya una mesa para todos. Hacer lo que podamos para que todos tengan que comer, pero también recordar a los potentes de la Tierra –subrayó– que Dios los llamará a juicio un día, y se manifestará si verdaderamente trataron de proveer la comida para Él en cada persona y si actuaron para que el ambiente no sea destruido y pueda producir esta comida. Y, pensando en la mesa de la Eucaristía, no podemos olvidar a aquellos nuestros hermanos que han sido privados con la violencia tanto de la comida para el cuerpo como de la comida para el alma. Fueron expulsados de sus casas y de sus Iglesias, a veces destruidas. Renuevo el llamado a no olvidar a estas personas y estas injusticias intolerables».

«Junto con muchos otros organismos de caridad de la Iglesia, Caritas revela, pues, la fuerza del amor cristiano y el deseo de la Iglesia de salir al encuentro de Jesús en cada persona, sobre todo cuando es pobre y sufre. Este es el camino que tenemos por delante y con este horizonte espero que puedan desempeñar los trabajos de estos días. Los encomendamos e la Virgen María, que hizo de la acogida de Dios y del prójimo el criterio fundamental de su vida. Justamente mañana celebraremos la Virgen de Fátima, que apareció para anunciar la victoria sobre el mal. Con un apoyo tan grande, no tengamos miedo de continuar nuestra misión». Las oraciones de los fieles fueron pronunciadas en francés, árabe, inglés, suahili y español.

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