Francisco agradece al Patriarca ortodoxo por su acogida en Georgia

Francisco agradece al Patriarca ortodoxo por su acogida en Georgia

Durante la Audiencia general, el reciente viaje al Cáucaso. Antes, le presentaron al Pontífice un proyecto de educación informático: hoy hay que construir, no solo ver cómo caen bombas sobre niños, enfermos y ciudades enteras.

IACOPO SCARAMUZZI - CIUDAD DEL VATICANO

«Fue un signo muy importante el hecho que cuando llegué a Tiflis fue a recibirme al Aeropuerto, junto con el Presidente de la República, también al venerado Patriarca Elías II…». Papa Francisco dedicó la Audiencia general en la Plaza San Pedro, como acostumbra, al viaje que acaba de concluir, el fin de semana pasado, a Georgia y Azerbaiyán. E insistió en la relación con el líder de la Iglesia ortodoxa georgiana: «su testimonio me ha hecho mucho bien al corazón y al alma». El Papa subrayó su llamado por la paz en Azerbaiyán y en toda la región del Cáucaso. Antes de la Audiencia, Francisco recibió a los directivos de la fundación Vodafone, que le presentaron una iniciativa educativa para los jóvenes africanos, y elogió la oportunidad de «hacer cosas que saquen adelante a la humanidad, y no solo ver cómo caen las bombas sobre personas inocentes, niños, enfermos, ciudades enteras».

«El pasado fin de semana realicé el viaje apostólico a Georgia y Azerbaiyán», comenzó Francisco. «Doy gracias al Señor que me lo ha concedido y renuevo la expresión de mi gratitud a las Autoridades civiles y religiosas de estos dos Países, en particular al Patriarca de toda la Georgia Elías II – su testimonio me ha hecho mucho bien al corazón y al alma – y al Jeque de los Musulmanes del Cáucaso. Un agradecimiento fraternal a los Obispos, a los sacerdotes, a los religiosos y a todos los fieles que me han hecho sentir su caluroso afecto».

«Ambos países —prosiguió— tienen raíces históricas, culturales y religiosas muy antiguas, pero al mismo tiempo están viviendo una fase nueva: de hecho, los dos celebran este año el 25° aniversario de su independencia, habiendo estado buena parte del siglo XX bajo el régimen soviético. Y en esta fase ambos encuentran diversas dificultades en los diversos ámbitos de la vida social», y en este contexto, la Iglesia Católica «está llamada a estar presente, a ser cercana, especialmente en el signo de la caridad y de la promoción humana; y ella trata de hacerlo en comunión con las otras Iglesias y Comunidades cristianas y en diálogo con las otras comunidades religiosas».

En Georgia, particularmente, «esta misión pasa naturalmente a través de la colaboración con los hermanos ortodoxos, que forman la gran mayoría de la población. Por eso, ha sido un signo muy importante el hecho que cuando llegué a Tiflis fue a recibirme al Aeropuerto, junto con el Presidente de la República, también al venerado Patriarca Elías II. El encuentro con él esa tarde ha sido conmovedor, como también lo fue al día siguiente la visita a la Catedral Patriarcal, donde se venera la reliquia de la túnica de Cristo, símbolo de la unidad de la Iglesia. Esta unidad es corroborada por la sangre de tantos mártires de las diversas confesiones cristianas». Entre las comunidades más afectadas, recordó el Papa, «esta la Asiria-Caldea, con la cual he vivido en Tiflis un intenso momento de oración para la paz en Siria, en Iraq y en todo el Oriente Medio». La misa con los fieles católicos fue celebrada el día de la memoria litúrgica de Santa Teresita de Lisieux, «patrona de las misiones: ella nos recuerda que la verdadera misión nos es jamás proselitismo, sino atracción a Cristo a partir de la fuerte unión con Él en la oración, en la adoración y en la caridad concreta, que es servicio a Jesús presente en el más pequeño de los hermanos».

Este « estilo de presencia evangélica como semilla del Reino de Dios —explicó el Pontífice— está, es posible, todavía más necesario en Azerbaiyán, donde la mayoría de la población es musulmana y los católicos son pocos centenares, pero gracias a Dios tiene buenas relaciones con todos, en particular mantienen vínculos fraternos con los cristianos ortodoxos». El Papa citó también dos encuentros clave de su visita a Azerbaiyán, en la ciudad de Bakú: la eucaristía con «la pequeña comunidad católica» y el encuentro interreligioso. «En esta perspectiva —concluyó—, dirigiéndome a las Autoridades Azerí, he deseado que las cuestiones abiertas puedan encontrar buenas soluciones y todas las poblaciones caucásicas vivan en la paz y en el respeto reciproco».

Estaban presentes en la Audiencia, entre otros, el grupo catalán «Invulnerables», que se ocupa de los niños que pueden correr los riesgos de la exclusión social, y un grupo de 33 polacos que sobrevivieron a los campos de concentración de Auschwitz. «Saludo cordialmente a todos los polacos aquí presentes y, de manera especial, a los ex prisioneros del Campo de Concentración de Auschwitz», dijo Francisco recordando que hoy se celebra en Polonia la memoria de santa Faustina Kowalska.

Antes de la Audiencia en la Plaza San pedro, el Papa recibió, en sa salita que se encuentra al lado del Aula Pablo VI al administrador delegado de Vodafone que, en compañía de unos 40 dirigentes de la empresa, le presentó la iniciativa «Instant Schools for Africa», que pretende permitir que los jóvenes africanos, en parte huéspedes de campos para prófugos, puedan acceder en línea a recursos educativos.  Francisco expresó en particular un deseo: «Que, entre los recursos ofrecidos a los jóvenes, pueda estar el acceso informático a los textos sacros de las diferentes religiones, en lenguas diferentes». Y concluyó diciendo: «Gracias nuevamente por su cortesía y muchas felicidades por este proyecto que, por lo que he escuchado, me gusta mucho; es constructivo, y hoy hay que construir, hacer cosas que saquen adelante a la humanidad y no solo ver cómo caen las bombas sobre personas inocentes, niños, enfermos, ciudades enteras. ¡Construir, no destruir!». 

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