Filipinas trabaja contrarreloj para evitar un atentado al Papa

Filipinas trabaja contrarreloj para evitar un atentado al Papa

Más de 40 mil soldados y policías buscarán garantizar la seguridad del Pontífice, que arribará mañana a ese país, mayoritariamente católico. Preocupa a las autoridades de ese país cómo manejarse frente a las muchedumbres que se aguardan.

La visita del Papa Francisco a Filipinas es un verdadero dolor de cabeza para los servicios de seguridad de ese país, que se preparan para cualquier eventualidad, desde una avalancha hasta un atentado islamista, pasando por posibles actos de violencia solitarios.

Más de 40 mil soldados y policías serán desplegados durante cinco días a partir de mañana para garantizar la seguridad del pontífice argentino en este archipiélago mayoritariamente católico donde dos de sus predecesores sufrieron intentos de asesinato.

"Este año será nuestra mayor pesadilla en cuestión de seguridad", comentó el jefe del ejército filipino, el general Gregorio Catapang, preparando a sus tropas.

 La principal preocupación de las autoridades es la gestión de muchedumbres que, se supone, deberían ser impresionantes. Se calcula que hasta seis millones de personas podrían asistir a la misa del domingo en Manila.

Cientos de miles de personas deberían seguir también los recorridos del Papa por las calles de la capital. Otro momento delicado será la visita prevista a la región devastada por un super tifón en 2013.

El presidente Benigno Aquino ha suplicado a los filipinos que mantengan la calma y eviten crear avalanchas que pongan en peligro la seguridad de Francisco.

"¿Quieren que ocurra una tragedia en Filipinas en la que esté implicado el PAPA y quede para la historia?", preguntó públicamente.

Hablando del intento de asesinato contra Juan Pablo II en el Vaticano en 1981, el presidente explicó a la ciudadanía que no tenía que bloquear el paso del convoy papal porque lo convertiría en un blanco fácil para un "ataque terrorista".

Francisco hizo saber que no se desplazará en el papamóvil blindado para poder estar más cerca de los fieles, lo que supone un problema suplementario para las fuerzas de seguridad.

El propio jefe de Estado presidió el ensayo general del dispositivo de seguridad que se pondrá en marcha antes de la llegada del Papa.En tres visitas papales a Filipinas, dos dieron lugar a incidentes importantes.

En 1970, el pintor boliviano Benjamin Mendoza, vestido con una casulla, trató de asesinar a Pablo VI, a quien hirió con un cuchillo, a su llegada al aeropuerto.

Años después, a escasos días de la llegada de Juan Pablo II en 1995, la policía desbarató un complot de extremistas islámicos extranjeros que querían asesinarlo haciendo estallar una bomba al paso de su convoy. Su plan incluía también hacer estallar 11 aviones estadounidenses por encima del Pacífico con la esperanza de matar a miles de personas.

Este proyecto fue descubierto porque materiales destinados a fabricar las bombas empezaron a desprender humo en el apartamento donde estaban almacenados.

El paquistaní Ramzi Yusef, uno de los autores del primer atentado contra el World Trade Center de Nueva York en 1993, y Khalid Cheikh Mohamed, cerebro autoproclamado de los del 11 de septiembre en Estados Unidos, figuraban entre los autores del complot.

Internamente, las fuerzas de seguridad filipinas hacen frente a la amenaza representada por los extremistas islámicos vinculados a Al Qaida.

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