La iniciativa, aún en una etapa preliminar, podría marcar un paso significativo en el acercamiento ecuménico entre anglicanos y católicos, en el marco de los preparativos para el 500º aniversario de su martirio, que se celebrará en 2035.
La iglesia anglicana de St. Dunstan, en Canterbury (Inglaterra), ha iniciado el proceso para exhumar y conservar el cráneo de Santo Tomás Moro, mártir católico ejecutado en 1535. La iniciativa, aún en una etapa preliminar, podría marcar un paso significativo en el acercamiento ecuménico entre anglicanos y católicos, en el marco de los preparativos para el 500º aniversario de su martirio, que se celebrará en 2035.
Tomás Moro, que fue canciller de Inglaterra, fue decapitado por orden de Enrique VIII tras oponerse a la ruptura con Roma. Su cabeza fue colocada públicamente en el Puente de Londres como escarmiento, pero su hija, Margaret Roper, logró recuperarla y enterrarla con ella en la cripta de la familia Roper, bajo la iglesia de St. Dunstan.
Actualmente, esta iglesia se ha convertido en un punto de peregrinación para fieles de diversas confesiones. A pesar de no formar parte de la comunión católica, la comunidad anglicana de St. Dunstan considera que la conservación adecuada de la reliquia es un deber espiritual y cultural. Según explicó Sue Palmer, administradora del Consejo Parroquial, se están gestionando los permisos necesarios, y se espera que el proceso se lleve a cabo en diálogo con autoridades eclesiásticas y expertos. “Estamos abiertos a la colaboración con el Vaticano”, señaló.
La intención es trasladar los restos del cráneo a un relicario que permita su veneración pública, no como pieza de museo, sino como testimonio de fe. Palmer subrayó que “la cabeza es la única reliquia conocida de Tomás Moro”, ya que el paradero exacto de su cuerpo, enterrado en la capilla de St. Peter ad Vincula en la Torre de Londres, sigue sin identificarse.
Según registros históricos, la cabeza ha sido observada en distintas aperturas de la cripta a lo largo de los últimos dos siglos, la última en 1997, lo que refuerza la certeza de su ubicación. La propuesta contempla no solo su conservación, sino también su exposición religiosa, en consonancia con el creciente interés devocional y académico.
El Consejo Parroquial de St. Dunstan remarcó en un comunicado, emitido el pasado 6 de julio, la dimensión ecuménica del proyecto: “No podremos quedarnos la reliquia solo para nosotros. Tenemos una responsabilidad con los cristianos y estudiosos de todo el mundo”. El texto también recoge el deseo de muchos visitantes, quienes consideran que la cripta sellada ya no es adecuada para quienes veneran al santo.
El proceso legal para la exhumación incluirá consultas con especialistas, una solicitud formal ante el comité asesor diocesano y la aprobación del commissary general, autoridad eclesiástica que debe evaluar el caso. Aunque aún no hay una decisión final, la iglesia insiste en que todo se hará con respeto, dignidad y cooperación interconfesional.
St. Dunstan permanece abierta todos los días y recibe peregrinos de diversas partes del mundo. Si se concreta la exhumación, la conmemoración del 500º aniversario del martirio de Santo Tomás Moro podría convertirse en un símbolo tangible de unidad cristiana tras casi cinco siglos de separación.
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