Estados Unidos y su “lío” migratorio: El Papa puede ayudar

Estados Unidos y su “lío” migratorio: El Papa puede ayudar

En una entrevista con el Vatican Insider del arzobispo de Filadelfia, Charles Chaput, analiza el impacto que tendrá la visita del Papa Francisco a su país, que comenzará el 22 de septiembre y terminará justamente en su ciudad, la cuna de los Estados Unidos

Por ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZ

Estados Unidos tiene un “lío” migratorio y ningún partido “es inocente” ante ese problema. Un aspecto en el cual Francisco puede ser determinante, durante su visita al país prevista del 22 al 27 de septiembre. Lo piensa el arzobispo de Filadelfia, Charles Chaput, en una entrevista en la cual advirtió que “demonizar y penalizar a los migrantes es la peor ironía de la suerte para los estadounidenses”. 

¿Cómo piensa que los ciudadanos de Filadelfia recibirán al Papa Francisco?

Filadelfia ha estado esperando esta visita por tres años. Si la gente estuviese más emocionada de lo que está deberíamos darle un tratamiento médico. El Papa Francisco será recibido con mucho entusiasmo, es la naturaleza de nuestra ciudad. 

Algunas encuestas indican que no muchos estadounidenses saben que el Papa viajará a su país. Otros dicen que su popularidad está bajando. ¿Cuál es la expectativa ante la visita, no sólo entre los católicos sino también entre la gente en general? 

Soy muy escéptico respecto a los sondeos porque ellos crean una oscilación emocional constante entre el exceso de confianza y la consternación. Y a menudo son incorrectos, incluso cuando me gustan sus resultados. Los Estados Unidos son una nación de 320 millones de personas. Muchos de ellos no harían caso a las noticias ni siquiera si un meteorito golpeara Washington. Realmente pienso que los estadounidenses de todo credo religioso ven a este Papa como un hombre de gran bondad y alegría, cualidades que son muy magnéticas. La mayor parte de los estadounidenses se interesan por el santo padre y tienen mucha expectativa por su visita, esperan que Francisco sea una fuente de esperanza y una voz de reconciliación. 

Por primera vez un Papa hablará ante ambas cámaras en el Congreso. ¿Qué sentido tiene esto para los estadounidenses?

Es un momento único en la historia. Filadelfia fue marcada por el odio anticatólico en este país durante el siglo XIX debido a las ondas de los inmigrantes católicos que fluyeron en nuestra ciudad. Eso fue una experiencia fea. Por mucho tiempo Estados Unidos no fue un entorno amistoso para la fe católica y, en muchos sentidos, aún no lo es. Que el pastor de la Iglesia católica universal ahora haya sido invitado a dirigirse a los representantes elegidos de los estadounidenses es asombroso.

También estará en la casa Blanca, en las Naciones Unidas y en el Ground Zero. ¿Se espera sorpresas?

Sorpresas, sí; es lo propio de este Papa. Malas no. 

El Papa viajará a los Estados Unidos cuando ya surgen los temas que dominarán la próxima campaña presidencial. Uno de estos es la inmigración. Sobre esto Francisco tiene una muy clara posición. ¿Puede su mensaje disminuir la tendencia xenofóbica en el país? 

No me gusta la palabra “xenofóbico” porque esto implica maldad. Muchos estadounidenses son mejores y más generosos que eso. Pero especialmente desde el 11 de septiembre (de 2001), muchos sienten que es difícil proteger a sus familias y a ellos mismos. Están preocupados por sus trabajos. Están preocupados porque se mantenga el estado de derecho. Están preocupados por la solvencia de las instituciones públicas. Es importante que las personas fuera de los Estados Unidos sean conscientes que los estadounidenses tienen razones, y a veces muy buenas razones, para estar preocupados por la inmigración. 

Dicho eso, los Estados Unidos son una nación construida por inmigrantes y constantemente se renueva por nuevos inmigrantes. Para los estadounidenses demonizar y penalizar la inmigración es la peor ironía de la suerte, un especie de “autocontradicción” nacional. La gente tiene un derecho natural a migrar para proveer a ellos y sus familias seguridad y sustento. 

Espero que el Papa ayude a la Casa Blanca y al Congreso a trabajar juntos más honestamente para resolver nuestro problema de inmigración. Nuestros mayores partidos políticos –Demócrata y Republicano- son responsables de nuestro lío migratorio. Ningún partido es inocente. 

En los Estados Unidos existen algunas críticas contra el mensaje del Papa sobre medio ambiente y economía de libre mercado. ¿Esperan algunas protestas? 

Seguro, es la naturaleza de la democracia. Deberíamos darles la bienvenida. Pero el santo padre no ha dicho nada inconsistente con las muchas encíclicas sociales que se escribieron antes de él. Los católicos necesitan ser cristianos primero y estadounidenses después. De otra manera no tendrían sustancia para ofrecer a su país. 

En Filadelfia el Papa hablará sobre inmigración. ¿Por qué es importante?

Filadelfia ha sido uno de los más grandes centros de inmigración de los Estados Unidos en los siglos XIX y XX, y la ciudad todavía tiene una intensa identidad de base migratoria. Polacos, irlandeses, judíos, italianos, ucranianos, afroamericanos, latinos, asiáticos y más. Es el lugar perfecto para que el santo padre toque los más urgentes problemas de mi país, especialmente porque Filadelfia es también la ciudad donde los Estados Unidos nacieron. 

Una parte importante del viaje del Papa será la clausura del Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia. ¿Qué cree que el santo padre quiere como resultado de este momento? 

Una renovación de la familia cristiana, y una renovación del espíritu de las familias misioneras que conviertan a la cultura a su alrededor. Si eso sucede, veremos una revolución en el espíritu del mundo.

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