Esperanza, solidaridad y autocuidado; llamado de Religiones por la Paz en Brasil

Esperanza, solidaridad y autocuidado; llamado de Religiones por la Paz en Brasil

Sigamos cultivando la esperanza, la solidaridad y el autocuidado; fue la invitación de la Organización Religiones por la paz en la Declaración multirreligiosa para Brasil. Documento que se presenta a la opinión pública con la confianza de que la sociedad brasileña se movilice para construir un futuro mejor, cuidando de cada uno y el planeta.

 “Queremos afirmar con nuestras voces unidas que la vida siempre es lo primero y no podemos dejar a nadie atrás, independientemente de su clase, raza, etnia, género, edad, lugar de residencia“. Afirman los líderes religiosos.

Conscientes de las repercusiones sanitarias, económicas y sociales que deja el COVID-19 en Brasil; los líderes religiosos recordaron a sus ciudadanos que no están solos; pese a los sufrimientos causados por una de las crisis más fuertes en la historia del país.

En la declaración advierten al pueblo brasileño que lejos de quedarse en la tristeza por la realidad, es hora de construir hogares, comunidades y una sociedad unida, llena de alegría y oportunidades para todos; como fruto del compromiso con la paz, la compasión y el cuidado del otro, especialmente de los más vulnerables.

En este sentido los líderes religiosos abogaron por la valoración de la diversidad en las personas y la necesidad de fortalecer los lazos de sostenibilidad que facilitan el cuidado de la tierra, el aire, las fuentes de agua y los bosques. “Como líderes religiosos, esperaremos el momento en que la ciencia indique que podemos estar juntos y seguros. Hasta entonces, permaneceremos unidos y protegidos en nuestros hogares y en nuestros corazones“. Declararon.

Los representantes de las diferentes religiones y espiritualidades indicaron que están juntos para dar la bienvenida a todos en este momento de vulnerabilidad, dolor, desorientación y sufrimiento. El objetivo es asegurar que los más pobres y vulnerables sean recibidos en primer lugar, superando el racismo y cualquier otro tipo de discriminación o prejuicio, buscando formas para renovar la democracia para que la dignidad humana no sea una deuda del pasado; sino una garantía del presente y del futuro que todos desean construir para los brasileños.

Sin ser ajenos al aumento de hombres y mujeres contagiados por el nuevo coronavirus y con esto la percepción de que la pandemia continuará con nosotros más tiempo del que habíamos imaginado, aseguran que es necesario recordar que con la ayuda de la fe, será posible recuperar la familia, los amigos, la salud y las ciudades.

Por todo ello, la exhortación es a que los brasileños cultiven esta esperanza, siguiendo las recomendaciones de los especialistas de la salud que a través de la investigación, trabajan para encontrar las mejores respuestas que permitan enfrentar la pandemia del COVID-19. Así se podrá reconstruir la vida, la economía y que el planeta sea más resistente, solidario y sostenible.

“Queremos pertenecer a sociedades justas, con democracias fuertes, sin desigualdades económicas, sociales o raciales. No dejaremos a nadie atrás. Pero si bien la ciencia y la precaución no permiten la flexibilidad, hemos visto actitudes que contradicen el sentido común y las recomendaciones de los expertos en salud pública, las pérdidas y el duelo se han vuelto más frecuentes y surgen muchas preguntas incómodas para cada uno de nosotros. individuos y sociedad“. Concluyen.

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¿Qué podemos hacer?

Teniendo presente que los templos y lugares de culto permanecen vacíos y cerrados, los lideres religiosos no son ajenos a la pregunta que nos hacemos los creyentes sobre ¿Dónde está lo sagrado y qué lugar debería ocupar en estos días de pandemia y en el futuro? ¿Qué podemos hacer como personas de fe para responder a los desafíos, pero también a las oportunidades ante un virus que nos atemoriza e impone distancia y, a menudo, el profundo sentimiento de pérdida y descontrol?

Una propuesta

Los líderes de las diferentes confesiones recuerdan que como personas de fe nos impulsa una esperanza superior a nosotros y que permanece activa y con un gran deseo de construir. Así lo sagrado aparece ante nosotros, como la epifanía y se hace latente en actos que nos pueden pasar desapercibidos y debemos valorar, entre ellos:

1. La fuerza de la solidaridad de nuestra gente que ayuda con compasión a las personas necesitadas.

2. El sacrificio vocacional de los profesionales de la salud que cumplen con su deber con valentía y dedicación.

3. La actitud responsable de directivos que comprenden la gravedad del momento y nos conducen a medidas difíciles y controvertidas.

4. Las personas emprendedoras que anteponen la vida y la salud de sus empleados a sus ganancias personales, y encuentran formas de promover la filantropía en medio de la aguda crisis económica en la que nos encontramos.

5. El compromiso de tantos de nuestros líderes religiosos que buscan nuevas formas de seguir acompañando a los hermanos y hermanas de sus comunidades de fe espiritual y emocionalmente.

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