Entre Ríos: El arzobispo de Paraná pidió que el "dinamismo" de la Comunión transforme la vida

Entre Ríos: El arzobispo de Paraná pidió que el

En la fiesta del Corpus, Mons. Juan Puiggari recordó que "nunca tenemos que separar Eucaristía y caridad, culto y vida, espiritualidad y misión, oración y la acción para construir el Reino de Dios".

El arzobispo de Paraná, monseñor Juan Alberto Puiggari, presidió la misa por la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, a la que definió como “un eco del Jueves Santo a la luz de la Resurrección”, en la parroquia Nuestra Señora del Carmen.

“Centramos nuestra atención en el misterio de la presencia real del Señor, bajo las apariencias del pan y del vino que atravesando el umbral de la muerte, se convierte en Pan vivo, bajado del cielo, auténtico maná, alimento inagotable por todos los siglos”, recordó.

El arzobispo paranaense afirmó que “nunca tenemos que separar Eucaristía y caridad, culto y vida, espiritualidad y misión, oración y la acción para construir el Reino de Dios”.

“Cuando recibimos la Comunión, recibimos el mismo dinamismo de amor que Jesús manifestó en la Ultima Cena. Debemos aceptar que Su dinamismo transforme toda nuestra vida en una ofrenda generosa a Dios, por el bien de nuestros hermanos”, subrayó.

“Poseemos demasiada técnica, sabemos demasiadas cosas. Por eso nos cuesta entender sencillamente: que Dios no puede abandonarnos, que se ingenia para permanecer con nosotros hasta el fin y que nos acompaña con la alegría y fecundidad de su Pascua en cada Eucaristía”, agregó.

El prelado aseguró que “nadie como María puede ayudarnos a adorar y vivir de la Eucaristía, descubrir más allá de las apariencias sensibles, a Cristo Vivo. Que toda nuestra vida y misión tenga su fuente y culmen en Ella”. 

“Qué por su intercesión aumente en toda la Iglesia la fe en el misterio eucarístico, la alegría de participar en la santa misa, especialmente en la dominical, y el deseo de testimoniar la inmensa caridad de Cristo”, añadió.

Por último, monseñor Puiggari invitó a pedirle a Nuestra Madre:

¡Señor guía los caminos de nuestra historia y de nuestra Patria!

 

¡Muestra a la Iglesia y a sus pastores el camino sinodal! 

¡Fortalece a nuestras familias, que se descubra nuevamente el tesoro y la belleza de la misma!

¡Concédenos muchas y santas vocaciones que hagan esto en memoria tuya!

¡Mira a la humanidad que sufre, que tiene hambre y sed de paz, de alegría, de justicia, de verdad, de amor. Hambre y sed que en definitiva es falta de la presencia de Dios!

¡Dales trabajo, dales luz, dales Tú mismo!

¡Haznos comprender que sólo mediante la participación en tu Pasión, mediante el "sí" a la cruz, a la renuncia, a las purificaciones que nos impones, nuestra vida, puede madurar y alcanzar su verdadera plenitud y felicidad! 

 ¡Une y purifica a tu Iglesia, une a la humanidad dividida! ¡Danos tu paz!.+

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