Emotiva peregrinación al santuario de la Virgen del Carballo

Emotiva peregrinación al santuario de la Virgen del Carballo

Unos 40.000 fieles renovaron su fe y devoción a la Virgen del Carballo, en la diócesis de Añatuya.

 

La diócesis de Añatuya vivió una gran fiesta de fe del 13 al 15 de agosto cuando unos 40.000 fieles de diferentes provincias se congregaron en el santuario de la Virgen del Carballo, en Monte Quemado, departamento Copo. Allí participaron de la procesión y la misa celebrada el 14 por el obispo de Añatuya, monseñor José Luis Corral SVD.

La fiesta de fe comenzó el sábado 13 con la llegada de los fieles al santuario que cobija la imagen de la Virgen desde el año 1999. Allí participaron de diversos encuentros de fe, celebraciones eucarísticas, entre otros momentos de oración y reflexión. 

La imagen de la Virgen recorrió los barrios derramando bendiciones sobre las familias, enfermos, niños y jóvenes que le dieron la bienvenida en las calles por las que pasó la procesión con carteles, pasacalles, banderines y música.

La fiesta de la Virgen incluyó 220 bautismos; el arribo de 50 ciclistas desde Pampa del Infierno, otros 10 de Capital y otros tantos de Concepción del Bermejo, Formosa; y más de 250 jóvenes caminando desde Los Pirpintos, Copo, Caburé y Taco Pozo, Chaco.

En la misa central, monseñor Corral expresó que “felices estamos una vez más reunidos en el santuario de la Virgen del Carballo. La Madre nos convoca y reúne como una familia en la que cada uno siempre es esperado, bien recibido y donde nos alegramos cuando podemos reconocernos miembros de esta grande y única familia”.

Manifestó que “María es la tierra de Dios donde él pone su carpa para habitar en medio nuestro, para hacerse cercano a cada uno, para acompañarnos en nuestros gozos y dolores, en nuestras esperanzas y fatigas. María es como la aurora que trae a Jesucristo, el sol de justicia, que viene a llenar nuestras vidas con su calor divino y con su resplandor vivificante”.

 

 

Asimismo, señaló que “hoy necesitamos que Monte Quemado, nuestra diócesis de Añatuya, toda nuestra patria sea la tierra de María. Queremos ser de verdad carpa de encuentro donde los hermanos superen los odios y las divisiones, donde se construya la comunión y aprendamos a tejer relaciones de solidaridad”.

“Queremos ser campo reforestado y donde se siembran semillas de bien, donde germinan brotes de justicia y paz, donde se producen frutos del Evangelio en nuestra familia: en la vida de los niños, jóvenes y abuelos”, agregó el prelado, quien pidió que como comunidad “cuidemos las raíces y los retoños de vida cristiana que nos dan identidad y pertenencia, que abonemos nuestra tierra con la fe y la esperanza; que con nuestra caridad la reguemos”.

El obispo de Añatuya expresó: “Miramos a María, la llena de gracia, y le pedimos que nos ayude a redescubrir el sentido de la vida, la belleza de ser comunidad y familia, la riqueza de nuestra vocación de bautizados, discípulos misioneros de Jesús”.

Finalmente, deseó que la Virgen del Carballo, “carpa de Dios, flor y fruto del jardín de Dios, aurora y alborada de un nuevo día nos bendiga y proteja hoy y siempre”.

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