Por Almudena Martínez-Bordiú

El recién elegido presidente del país argentino llegó al Patio de San Dámaso en el Vaticano a las 8:57 horas (hora de Roma), con el tiempo justo para saludar al prelado de la Casa Pontificia, P. Leonardo Sapienza, y a los gentileshombres que esperaban su llegada. 

La razón del retraso de Milei se debió a que, antes de su llegada al Vaticano, paró su coche en la vía della Conciliazione, la ancha calle que desemboca en la Basílica de San Pedro, para saludar a un grupo de argentinos que se encontraban frente a la embajada del país. 

Junto a Javier Milei se encontraba además su hermana Karina, secretaria general de la presidencia y la comitiva, formada  por el rabino Axel Wahnish, embajador designado en Israel, la canciller Diana Mondino, los ministros del Interior, Guillermo Francos y Sandra Pettovello, y el secretario de Culto anunciado, Francisco Sánchez.

La primera audiencia oficial entre el Santo Padre y el mandatario argentino tuvo lugar a puerta cerrada en la Biblioteca del Palacio Apostólico y duró alrededor de una hora, un tiempo considerablemente extenso, ya que las audiencias con el Pontífice no suelen extenderse tanto. Asimismo, fuentes del Vaticano han indicado que la reunión ha sido “muy buena y muy amable”. 

Según informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede en un comunicado oficial, "durante las cordiales conversaciones en la Secretaría de Estado, se expresó satisfacción por las buenas relaciones entre la Santa Sede y la República Argentina y el deseo de reforzarlas aún más".