Desde el Sínodo, Mons. Arancedo previene de los “chicos huérfanos de padres vivos”

Desde el Sínodo, Mons. Arancedo previene de los “chicos huérfanos de padres vivos”

 El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo, comentó los trabajos que se vienen realizando en el Sínodo de la Familia. Advirtió que muchas parejas desatienden el amor, la fidelidad y el cuidado de los hijos. “Así llegamos a ver chicos huérfanos de padres vivos”, expresó. De todos modos, se mostró esperanzado porque ve “una gran juventud que encuentra razones en el matrimonio estable, fiel, y en los hijos”.

El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo, comentó los trabajos que se vienen realizando en la XIV Asamblea General del Sínodo de los Obispos para ofrecer respuestas a los desafíos actuales de la familia. 

Para el prelado, los debates y las exposiciones hasta ahora presentadas realzan la importancia de la familia para la Iglesia y para la sociedad. En diálogo con Rome Reports, el arzobispo también advirtió que los principales desafíos están en la preparación de los novios y la elevación espiritual de los integrantes. 

“Aparece muy claro que la familia es un designio de Dios y una realidad mayor de la sociedad. No podemos pensar el mundo, los hijos, la cultura, sin la familia como centro. Aparece en el plano religioso, cultural y de la transmisión de valores”, dijo monseñor Arancedo. 

“La familia cristiana –agregó- está en el foco, porque en el Evangelio tiene su matriz primera. Jesús le ha dado una riqueza y una fuerza a la familia que tenemos que transmitir”. 

¿Qué necesidades encuentra en las familias? 

- La familia es diálogo, es espiritualidad, es valorar a los hijos y ser responsables de lo que significa el don de la vida, y sobre todo elevar a cada hombre espiritualmente para cuidar ese don, que se convierte en una tarea. 

¿La preparación al matrimonio también ha sido uno de los temas tocados? 

- Dada la importancia de la familia, se la debe preparar… no se puede hacer un ‘voy, me caso’… no, no. Los novios tienen que saber qué es la familia, y la preparación es esencial. La gracia supone la naturaleza, y la naturaleza habla del encuentro de los novios que van a formar una familia. Hay que empezar desde la catequesis, pero por lo menos, con un buen curso previo. 

¿Cómo puede la Iglesia atraer a las personas que se comprometan con el matrimonio? 

- Debemos predicar y testimoniar la belleza y la grandeza del matrimonio. Hay mucha gente que está volviendo la mirada hacia lo esencial, tal vez después de pasar una gran crisis. Vuelve la mirada hacia el amor, la fidelidad, los hijos, cosas que una sociedad tal vez había dejado de lado. Entonces tenemos a la mujer por acá, al hombre por allá, y así llegamos a chicos huérfanos de padres vivos. Es una sociedad que ha quebrado muchos lazos. Pero también hay una gran juventud que empieza a valorar y a encontrar razones en el matrimonio estable, fiel, y en los hijos.

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