Una corresponsabilidad nacida del Bautismo

Una corresponsabilidad nacida del Bautismo

Discurso del Prefeto Farrell en la Apertura de la Conferencia de Presidentes y Representantes de las Comisiones Episcopales para los Laicos

Desde el jueves 16 hasta el sábado 18 de febrero tuvo lugar en el Aula Nueva del Sínodo, en el Vaticano, la Convención Internacional “Pastores y Laicos llamados a caminar juntos”, organizada por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, en la que participaron más de 200 delegados, entre obispos, sacerdotes y laicos de comisiones episcopales para laicos y delegados de asociaciones internacionales de fieles.

Sensibilizar a sacerdotes y laicos sobre el sentido de responsabilidad que proviene del Bautismo

En la apertura, el Cardenal Kevin Farrell, Prefecto del Dicasterio, explicó el objetivo de la conferencia: “Concientizar a pastores y laicos sobre el significado de la responsabilidad que nace del Bautismo y que nos une a todos” y sobre la necesidad “por una formación adecuada – de pastores y laicos – para que esta corresponsabilidad se practique efectivamente”.

La perspectiva, añadió, es la de una “pastoral integral” y de “una positiva colaboración y corresponsabilidad dentro de la Iglesia, en todos los ámbitos de su competencia: en el campo de la pastoral familiar, de la pastoral juvenil y, más en general, de la como propone esta conferencia, con respecto a los fieles laicos”.

La base de todo, según el Prefeto, es “ir más allá del enfoque de ‘delegación’ o ‘reemplazo’, donde los pastores ‘delegan’ a los laicos para un servicio esporádico, o donde los laicos ‘reemplazan’ al clero en ciertas funciones , pero continúan trabajando por separado. Todo esto parece un poco reduccionista”.

La Conferencia, titulada “Pastores y fieles laicos llamados a caminar juntos”, tiene sus raíces en la Asamblea Plenaria del Dicasterio de noviembre de 2019: en aquellos días, explicó el cardenal, “sentimos una llamada renovada del Señor a ‘caminar juntos ‘ asumir la responsabilidad de servir a la comunidad cristiana. Cada uno lo hace según su vocación individual. No asumimos una actitud de superioridad, sino que unimos nuestras energías, ya que compartimos la misma misión de anunciar el Evangelio a los hombres y mujeres de nuestro tiempo”.

La conferencia en el contexto del camino sinodal de la Iglesia

El Camino sinodal iniciado desde entonces refuerza esta inspiración, situando esta conferencia a la altura del compromiso de toda la Iglesia de “caminar juntos”. La Iglesia, prosiguió, “es un ‘sujeto comunitario’ que se reconoce con el mismo espíritu, el mismo sentimiento, la misma fe y la misma misión, constituyendo por tanto un verdadero cuerpo unitario. En este sentido, no es una federación. Pero en este único ‘sujeto’ no se anulan las personalidades individuales. Al contrario, todos en la Iglesia deben ser ‘sujetos’ activos: todos están llamados a dar su contribución original a la vida y a la misión de la Iglesia, están llamados a pensar por sí mismos y a utilizar sus respectivos carismas”.

Indicaciones prácticas para ser multiplicadores en las realidades locales

Después de citar algunos extractos de Lumen Gentium, que ya contenía “todo un programa de formación de pastores en relación con los laicos”, así como “sugerencias prácticas muy importantes”, el Prefeto ha señalado que “hay muchos ámbitos en los que los laicos suelen ser más competentes que los sacerdotes y personas consagradas” y que “la presencia y la acción de los fieles laicos son también de gran beneficio para la Iglesia en actividades más propiamente ‘eclesiales’, como la evangelización y las obras de caridad” porque “también en estos contextos, las personas demuestran a menudo celo y inventiva. Tienen el coraje de explorar nuevos caminos y probar nuevos métodos para llegar a los que están lejos, a menudo en lugares donde faltan clérigos, o en lugares donde la gente está acostumbrada a metodologías y prácticas más tradicionales y menos incómodas. ”

“Espero que estos dos días de escucha, diálogo e intercambio sean enriquecedores. Que os ayude, de regreso a vuestros países, a cultivar la participación de todo el Pueblo de Dios en la vida y misión de la Iglesia”.

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