La comunidad judía protestó el lunes después de que un festival de reggae que se celebra en la localidad costera de Benicassim decidiese suspender un concierto de un músico judío estadounidense tras pedirle sin obtener respuesta que clarificase su postura sobre el estado palestino. En la imagen de archivo, el artista posa en Lo Ángeles en junio de 2009.
La comunidad judía protestó el lunes después de que un festival de reggae que se celebra en la localidad costera de Benicassim decidiese suspender un concierto de un músico judío estadounidense tras pedirle sin obtener respuesta que clarificase su postura sobre el estado palestino.
Matisyahu, que fusiona reggae, hip-hop y rock con influencias judías en sus canciones, tenía previsto actuar el próximo sábado en el marco del festival.
Pero tras la presión de los grupos locales favorables a boicotear y sancionar a Israel por sus políticas con los palestinos, los organizadores anunciaron el fin de semana que el concierto había sido cancelado.
“El Rototom Sunsplash, después de haber buscado repetidamente el diálogo frente a la indisponibilidad del artista a la hora de pronunciarse claramente contra la guerra y sobre el derecho del pueblo palestino a tener su propio Estado, ha decidido anular el concierto de Matisyahu previsto para el día 22 de agosto”, dijo la dirección del festival.
La comunidad judía en España condenó la decisión, que calificó de boicot, tachándola de injusta y discriminatoria al argumentar que al artista se le pidió posicionarse políticamente por el simple hecho de ser judío.
El presidente del Congreso Judío Mundial, Ronald Lauder, expresó su indignación por la decisión e instó a las autoridades españolas a “tomar las medidas adecuadas contra los responsables de la misma”.
Matisyahu, cuyo verdadero nombre es Matthew Miller, no hizo ningún comentario sobre la controversia en sus sitios de Twitter o Facebook, y los organizadores dijeron que no había habido ninguna reacción por parte del músico, que tenía programado un concierto en Bruselas este lunes.
La sección valenciana de la campaña internacional de Boicot, Desinversión y Sanciones había lanzado una campaña pública contra la actuación de Matisyahu acusándole de ser “amante de Israel” y de participar en festivales “prosionistas” y exigiendo que se posicionase públicamente sobre el conflicto palestino-israelí.
Según diversos medios, la presencia de Matisyahu había llevado a algunos otros participantes a amenazar con cancelar su participación en el festival.
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