En las últimas semanas, los medios oficiales y sitios gubernamentales publicaron resoluciones pidiendo a los miembros del partido, a los funcionarios públicos y a los estudiantes no ayunar el mes de Ramadán.

Miembros de la comunidad Uigur exiliados en el extranjero denunciaron estos comportamientos de las autoridades provinciales y particularmente prohibir a los musulmanes cumplir con sus prácticas religiosas.

Dilshat Rasheet, vocero del Congreso Uigur en el exilio, afirmó que “China refuerza sus medidas discriminatorias con la llegada del bendito mes de Ramadán”.

Cabe destacar que 9 millones de musulmanes Uigur de una población total de 21 millones viven en la provincia de Xinhiang.