Chaouqui, la mujer que traicionó al papa Francisco

Aunque ella lo niega, todo apunta a que la bella Francesca es la responsable de haber filtrado la escabrosa información sobre las financias del Vaticano

La joven laica Francesca Chaouqui, experta en relaciones públicas, es la mujer que traicionó al papa Francisco al filtrar informaciones y conversaciones secretas del Pontífice en el Vaticano.

La italiana, de 33 años y de origen marroquí, era una suerte de doble agente, experta en marketing, quien tras su detención el pasado fin de semana por orden de la Fiscalía del Vaticano decidió confesar todo lo que sabe del nuevo escándalo Vatileaks.

"No he traicionado al Papa", escribió este martes en un tuit, tras ser liberada por colaborar con la Justicia.

La única mujer nombrada en 2013 por el pontífice argentino para formar parte de la comisión que estudió por casi un año la reforma de las entidades económicas y administrativas de la Santa Sede conoce muchos secretos sobre uno de los asuntos más delicados para la Iglesia: el uso de las enormes sumas de dinero que recibe y transitan por el Banco de Vaticano.

Chaouqui fue acusada junto con el sacerdote español Lucio Angel Vallejo Balda de haber sustraído documentos reservados del Vaticano, un delito que el Estado más pequeño del mundo castiga con hasta ocho años de cárcel.

"Todo lo hizo él, yo incluso intenté pararlo", se justificó la mujer en una entrevista al diario italiano La Stampa.

"No tengo nada que ver con cuervos o topos, demostraré mi inocencia. Estoy tranquila, me siento bien con mi conciencia. He contado sólo la verdad a quien está investigando la filtración de documentos en la Curia", añadió Chaouqui.

El robo de documentos, el hackeo de computadores y, sobre todo, la grabación de conversaciones con el Papa forman parte de la documentación que aparecerá en dos libros que saldrán a la venta esta semana en todo el mundo y en varios idiomas.

Avaricia y Vía Crucis

Según anticipaciones de la prensa, los dos libros revelan las dificultades que el papa argentino ha encontrado para reformar las estructuras de la Curia romana y denuncian también el despilfarro y la falta de ética en la gestión de los dineros en esa entidad.

También apuntan contra el Banco del Vaticano, por sus negocios turbios pese a los cambios y a las inspecciones ordenadas por Francisco, comprometido desde el inicio de su pontificado en marzo de 2013 con impulsar "una Iglesia pobre para los pobres".

Según las conversaciones transcritas en el libro Vía Crucis de Gianluigi Nuzzi, se puede escuchar a Francisco comentando: "Si no sabemos cómo cuidar el dinero, algo que se puede ver, ¿cómo podemos cuidar las almas de los fieles, que no se ven?".

En otro capítulo, el Papa comenta ante un grupo de estrechos colaboradores que los costos de la gestión de la Curia están fuera de control. "Algo pasa, hacen trucos", se lamenta.

Expertos en asuntos del Vaticano sostienen que la fuga de documentos reservados pudo haber sido motivada por ambiciones frustradas.

Ni Vallejo Balda, de 54 años, cercano al Opus Dei, ni Chaouqui obtuvieron, en efecto, la promoción deseada tras su asesoría.

Para algunos observadores, el escándalo denota también la lucha interna entre grupos de poder, Opus Dei, jesuitas y sectores ultraconservadores que no toleraron la llegada del pontífice argentino, sin experiencia en el delicado manejo de la Curia romana, la maquinaria central, y empeñado en aplicar la austeridad, eliminar cargos y rangos.

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