“Siempre he trabajado para la comunidad, tanto en Perú como en Venezuela y ahora en Miami, pero algo muy sencillo me generó apoyar este proyecto: veo a cualquier sinagoga, pero nadie está realmente enfocado hacia la juventud, que es un importante apéndice”, destacó Galsky.

“Cuando conocí a (el rabino de Kspace) Yossi Smierc estaba por volverse a Bueno Aires porque no podía sostener su proyecto, que me gustó mucho: encontró un camino nuevo para muchos jóvenes de 18 a 36 años que están lejos del judaísmo”, contó.

Según la visión Alberto Galsky, “los rabinos tienen competencia entre ellos, con sus propios donantes; él tiene su institución abierta y trabajan todos los días para que la gente encuentre qué hacer: hay Shabatones, hermosos paseos, y lo interesante es que Yossi me cautivó”.

“Los rabinos en general son eruditos, y a veces con tanta religiosidad la gente se aburre; él no: hace un Shabat completo. Hace actividades donde puede invitar a un jugador de fútbol, a un sobreviviente de un campo de concentración, a un actor; es muy amplio y hace que la gente esté motivada”, elogió el principal donante del centro Kspace.

Así, Galsky se refirió a que en una sola actividad de Kspace participan más de mil personas, y en un año pasan entre 12 y 15 mil personas por el centro de jóvenes judíos. Gracias a esto, se han casado de 20 a 30 parejas.

“Esto crece y crece y se convirtió en un lugar para ir todos los días; tiene un restaurante judío, un café judío, un supermercado judío. Cuando tengo que pagar el alquiler, no tengo donantes ni los quiero: lo pago con gusto un año adelantado porque me hace muy feliz”, subrayó Galsky, quien se definió como “un hombre activo de 76 años, con empresas de colchones y construcción” que dirige personalmente.

“Hemos interpretado lo que quiere la juventud; hay gente que no sabe por qué es judía, no tiene la menor idea. No soy muy religioso: creo en D’s, me pongo tefilín todos los días por costumbre y mantengo un shiur en mi oficina los martes, con 14-15 personas; obviamente almorzamos todos juntos y me encanta. Cuando comencé esto tampoco entendía demasiado de la religiosidad, pero recibí y entendí de Yossi que cada interpretación, letra y palabra tiene tanto significado; eso no me aturde ni me aburre. Ahora incluso se acercan los padres de estos jóvenes y están felices de ver a sus hijos tan involucrados”, resaltó.

“De no saber cuán judíos eran, hoy se casan como tales; si no tienen el dinero, los ayudamos para que puedan hacerlo y la Organización Sionista contribuye con eso”, añadió.

Además, Galsky señaló las actividades que impulsa en otros lugares: “en Perú mantengo un hogar de ancianos judíos hace muchísimos años, es una casa muy bonita. Vivo en Venezuela y parte en Miami, pero voy mucho a Perú y les llevo cajas con comida kosher”.

“Si D’s te bendice, las cosas funciones; sin Su bendición, uno puede hacer lo que quiera que no va a servir”, concluyó.