El cardenal Omella tiene un plan

El cardenal Omella tiene un plan

Su Eminencia don Juan José Omella, para los amigos Juanjo, tiene un plan y un clan. Es el unánime parecer en la Comunidad de Lanceros. Nuestro corresponsal en Aragón, allí dónde el de Cretas aprendió las primeras artimañas a la sombra del siempre olvidado Elías Yanes, alias El llanero solitario, nos ha puesto sobre aviso sobre el plan de su Eminencia Reverendísima el cardenal Juanjo o don Juanjo, para los amigos. 

 

Hay quien se preguntaba, dentro de la Comunidad de Lanceros, por qué Omella tiene tanto poder con el Papa. La primera vez que fue a ver al Papa Francisco se presentó como el obispo del vino. No porque bebiera, ni mucho menos. Entonces era el obispo de La Rioja, tierra eximia de caldos. Quizá por eso corre por ahí la leyenda de que cuando preguntan qué se le puede regalar a su Eminencia, los adjuntos contestan que todo menos libros. 

La clave de la relación entre el papa y el arzobispo de Barcelona está en el cardenal Oscar Andrés Rodríguez Madariaga, valedor de Omella y muñidor para todo de Francisco. Se dice, se cuenta, se comenta, que Omella conoció al de Tegucigalpa en las reuniones internacionales de Cáritas. Se ganó su favor.

El cardenal Juanjo, como le llaman los suyos, no parece que llevó bien que se supiera lo de la Comisión de ayuda al Nuncio en eso de los nombramientos de obispos. Tampoco le hace gracia que el Nuncio tenga un grande prestigio entre los obispos. Por mucho que se empeñen en sembrar dudas sobre el trabajo del Nuncio en España, con lo santico que es nuestro don Bernardito, poco conseguirán. 

Los hombres del Papa, Omella y Osoro, han dejado de hacer tándem hace mucho. Mantienen un pulso continuo para ganarse el favor romano y para llegar los primeros con las informaciones, los chismes, las ocurrencias de última hora. Hasta que, un día, el cardenal Omella, su Eminencia don Juanjosé, se dio cuenta de que perdía el tiempo. El de Madrid ya no contaba con el favor y los favores. Su crédito se reducía tanto como los euros en los cepillos después de la pandemia.  Había, por tanto, que acelerar, meter la directa.   

Su Eminencia JuanJosé daría un golpe en la mesa, torcer el brazo al señor Nuncio, dejar en la cuneta al de Madrid, y emplearse a fondo en su plan, con su clan. Cuenta además con el apoyo del todopoderoso señor del gran poder, en minúsculas siempre, el jesuita P. Arana.

  Esta semana pasada hemos visto cómo su Eminencia don JuanJosé ha dado un paso de gigante y ha conseguido uno de sus más anhelados deseos. ¿Qué favor le habrá hecho a don JuanJosé el bueno de Gil Tamayo? 

Lo más relevante es que ha salido obispo, al fin, uno de sus hombres más cercanos en el Ebro, el que le ayudó en el diseño de la operación Ureña, la madre del cordero, Ernesto Brotóns. Según el magnífico trabajo recopilador de última hora de nuestro corresponsal a los pies de la Virgen del Pilar, la estrategia de Omella con Brotóns, lo mismo que con José Antonio Satué, es rodarles un par de años y luego lanzaros al estrellato arzobispal. Su larga mano en la Iglesia. 

Un miembro de la Comunidad de Lanceros apunta un dato significativo. Por mucho que algunos destacan el nivel intelectual de Brotons, su desconocida obra teológica en cinco idiomas, no hay que olvida que hizo sus estudios en la Pontificia de Salamanca, y su director de tesis fue… No, no fue González de Cardedal, ni González Montes. Fue Xabier Pikaza, al que apartaron de la docencia en teología por sus herejías contumaces. De tal maestro, tal discípulo. 

He aquí finalmente el estado actual clan Omella, el hierro zaragozano, en honor a don Elías. 

En primer grado de parentesco están Julián Ruiz Martorell, obispo de Huesca y Jaca; José Antonio Satué, de Teruel; Ernesto Brotons, de Plasencia; y Ángel Javier Pérez Pueyo, de Barbastro-Monzón, según vengan los monzones.

 En segundo grado por filiación o adopción, los obispo auxiliares, Sergi Gordo y Javier Vilanova, a los que hay que sumar Abilio Martínez Varea, riojano y obispo de Osma-Soria, más los arrejuntados, el conocido Antonio Gómez Cantero de Almería, y el joven y suficientemente preparado, Joseba Segura, de Bilbao. Un fichaje de última hora, el siempre dispuesto Luis Ángel de las Heras, obispo de León.

Hay quien añade al clan Omella algunos otros nombres de mitras agradecidas cuya promoción se debe a su Eminencia don JuanJosé. Dato que hay que tener en cuenta. Don JuanJosé tiene un plan y un clan. El plan es el clan. Y va a por todas. Como buen hombre nacido en Creta, es tozudo. 

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