Bergoglio a los Combonianos: «Los admiro por los riesgos que afrontan»

Bergoglio a los Combonianos: «Los admiro por los riesgos que afrontan»

El Papa recibió en audiencia a la Congregación de los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús

La misión, para ser auténtica, debe poner en el centro a Cristo y la oración. De esta manera recibió Papa Francisco en el Vaticano a quienes participaron en el capítulo general de los Misioneros combonianos del Sagrado Corazón de Jesús, que se lleva a cabo en Roma hasta el próximo 4 de octubre. «Yo siempre, siempre, he tenido una gran admiración por ustedes (y quiero decirlo así), por el trabajo que hacen, por los riesgos que afrontan, y siempre he sentido esta gran admiración», les dijo el Papa.

Misioneros, explicó Francisco, quiere decir principalmente ser mensajeros del Evangelio, llevarlo a quienes no lo conocen o a quienes lo han olvidado. «Al origen de su misión hay un don, que es la iniciativa gratuita del amor de Dios que les ha dado una doble llamada: estar con Él e ir a predicar».Pero es justamente en la oración en donde se encuentra el tesoro que se debe ofrecer a los hermanos: «este vivir con Cristo determina todo nuestro ser y nuestro actuar; y se vive y se alimenta sobre todo en la oración, en el permanecer en el Señor, en la adoración, en el coloquio de corazón a corazón con Él». La misión se encuentra en la dimensión del ‘ser’ antes que en la del ‘hacer’. Fundamentalmente hay que poner en el centro la gracia de Cristo, que surge de la Cruz, nutrirse constantemente de la Palabra de Dios: «En la Palabra de Dios está la sabiduría que viene del alto y que permite encontrar lenguajes, actitudes, instrumentos adecuados para responder a los desafíos de la humanidad que cambia». El Papa expresó su deseo de que sea de estímulo el ejemplo de tantos hermanos «que han ofrecido su vida a causa del Evangelio, dispuestos también al supremo testimonio de la sangre». Ellos son la semilla fecunda en «la difusión del Reino y los protectores del compromiso apostólico».Para concluir, indicó la Radio Vaticana, el Papa quiso expresar la propia admiración por los combonianos: «Y antes de impartir la bendición, quisiera decir una cosa que no está escrita aquí (en el discurso preparado, ndr.), pero es lo que siento: yo siempre, siempre, he tenido una gran admiración por ustedes (y quiero decirlo así), por el trabajo que hacen, por los riesgos que afrontan, y siempre he sentido esta gran admiración».

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