Por ARY WALDIR RAMOS DÍAZ

“Es como tener el abuelo sabio que vive en casa” había explicado papa Francisco su cercanía a papa Ratzinger y ésta relación se consolida aún más con la presencia del pontífice alemán en el atrio de la Basílica de San Pedro con motivo del rito de apertura del Año Jubilar el próximo 8 de diciembre.

El Papa emérito “aceptó la invitación de Papa Francisco para participar a la ceremonia”, que coincide con la “Solemnidad de la Inmaculada y el inicio del Año Santo de la Misericordia”, informó a la prensa el padre Federico Lombardi, director de la Sala de Prensa de la Santa Sede a través de un comunicado.

El papa emérito de 88 años no estará presente durante toda la ceremonia, “estará presente en el Atrio” para la apertura del rito. Así, el Papa teólogo de la verdad y el Papa de la misericordia compartirán este momento especial para 1200 millones de fieles en todo el planeta.

Lombardi recordó que en estas últimas semanas, el papa Francisco ha citado varias veces a Benedicto XVI sobre la relación existente entre misericordia y verdad.

Especialmente, al inicio del Sínodo de la familia, cuando Francisco ha recordado junto con el Papa emérito que “la Iglesia está llamada a vivir su misión en la verdad que no se cambia según las modas pasajeras o las opiniones dominantes”.

El día de la apertura de la Puerta Santa vaticana, se conmemora además el quincuagésimo aniversario de la conclusión del Concilio Vaticano II y se cumplen 1000 días de la elección de Francisco como pontífice.

Benedicto XVI ha participado también a otras ceremonias oficiales en el Vaticano. Por ejemplo en el Consistorio para la creación de nuevos cardenales el pasado 14 de febrero, en la Misa que presidió Francisco.

Asimismo, el papa emérito dejó el monasterio Mater Ecclesiae que está al interno de la Ciudad del Vaticano y asistió además a la canonización de Juan Pablo II y Juan XIII el 27 de abril de 2014.

Anticipaciones de la ceremonia

El espíritu de la ceremonia es evidente en la Bula de Indicción del Jubileo Extraordinario, en la que el papa Francisco ha escrito que “la misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia. Todo en su acción pastoral debería estar revestido por la ternura con la que se dirige a los creyentes”.

En la ilustración del inicio del Jubileo a la prensa el pasado viernes, el arzobispo Rino Fisichella, encargado de la organización, aseguró que la ceremonia, muy sencilla, será seguida por televisión en todo el mundo”.

En este contexto, “El Papa pedirá la apertura de la Puerta y la atravesará. Después de él, los cardenales, los obispos y representantes de los sacerdotes, religiosos, religiosas, y laicos cruzarán la Puerta Santa dirigiéndose luego en procesión hasta la tumba del Apóstol Pedro”, contó.

Ante las reliquias del apóstol se realizará el rito final de la Misa. El Papa después recitará el Angelus como de costumbre desde la ventana del Palacio Apostólico.