La banca islámica llega a la zona euro

La banca islámica llega a la zona euro

El pasado mes de julio, tras obtener su licencia ante la autoridad financiera alemana BaFin, esta filial de Kuveyt Türk abrió su primera oficina en Fráncfort con el objetivo de captar clientela entre los alrededor de cinco millones de musulmanes que viven Alemania.

Y apenas había comenzado con la tarea de divulgación de su política de negocios y sus productos, la llegada masiva de refugiados le ha allanado el camino y le ha proporcionado un envidiable espacio de negocio, según informó ABC.

A finales del próximo 2018 la entidad esperaba contar con 200.000 cuentas de clientes y ese objetivo ha quedado casi rebasado. Su entidad matriz, de origen turco-kuwaití y con trayectoria en los países árabes desde los año 70, liga su imagen de marca a los principios de la banca islámica y ha puesto este primer pie en la zona euro recordando que lo de conceder crédito sin cobrar a cambio intereses no lo inventó Mario Draghi. KT-Bank no solamente no cobra intereses, sino que además reniega de cualquier inversión de riesgo y de cualquier actividad financiera que implique especulación. Además, de acuerdo a los preceptos de la sharía, esta entidad evita cualquier transacción relacionada con el tabaco, el alcohol, las armas, la prostitución y la pornografía.

Tras los primeros cien días de trabajo, el jefe de negocios Kemal Ozan se muestra satisfecho. «Recibimos tantas solicitudes de apertura de cuentas que apenas somos capaces de tramitarlas», ha presumido durante la 18ª Semana Financiera en Fráncfort. «Somos el primer instituto que permite a los musulmanes manejar sus finanzas de acuerdo a sus creencia s, pero también nos orientamos a un público no musulmán preocupado por una gestión más ética de su capital». En tan solo unos meses, ha abierto también oficinas en Berlín y en Mannheim y sus objetivos para el próximo ejercicio están orientados a extender sus tarjetas, seguir aumentando el número de cuentas corrientes y potenciar el online-banking. 

El único obstáculo que por el momento encuentra KT-Bank para ganar espacio entre la clientela alemana es la necesaria introducción en la cultura financiera islámica y su nomenclatura. 

Traspasada esa barrera, los clientes simpatizan con sus productos financieros, como la financiación inmobiliaria, en la que es el banco el que compra la vivienda. Se calcula que los activos de la banca islámica alcanzan los 1.880 millones de euros y si hasta ahora no se ha establecido en Europa es a causa de deficiencias en la armonización entre las distintas jurisdicciones y los diferentes criterios de los reguladores. 

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