“Aunque llueva, el Papa irá al Bañado. Si se le dice que no, porque llueve, él preguntará si no tienen paraguas”, aseguró Federico Wals, quien durante varios años fue el encargado de prensa del entonces arzobispo de Buenos Aires, Mario Jorge Bergoglio, ahora papa Francisco.

Wals, entre otras cosas, contó que para el Sumo Pontífice es algo común salir del protocolo, por lo que en Paraguay “hay que estar preparados para eso”. Indicó, además, que si el encuentro con los vecinos de los barrios bajos está previsto en la capilla San Juan, el Papa llegará hasta ese lugar, sin importar las condiciones climáticas, ya que está acostumbrado a llegar adonde la gente lo espera y recordó una anécdota del viaje en Tailandia.

MBEJU Y VORI VORI

Con relación a la decisión del Papa de visitar el Paraguay antes que su país de origen, la Argentina, Wals dijo que para el Pontífice es como volver a su tierra. “Es como encontrarse con su gente, con la comida paraguaya que tanto le gusta, con la música, y sobre todo con la gente a la que tanto quiere”, manifestó.

Recordó también que durante sus visitas a las villas de emergencia en Buenos Aires, era común que la gente, población paraguaya, le prepare sopa paraguaya, mbeju y vori vori. No obstante, aseguró que sus comidas favoritas son la chipa y la sopa.

“Él siempre dijo que quería ser recordado como una persona sencilla, que tomaba mate, tereré”, dijo Wals al explicar que justamente la particularidad del papa Francisco es su sencillez, con lo que pudo lograr romper el esquema en el Vaticano.

LA COMPUTADORA

El ex secretario de prensa, quien hasta ahora mantiene una fluida relación con el Pontífice, habló de cómo logró que el entonces arzobispo de Buenos Aires se una a las redes sociales. En ese sentido, dijo que Bergoglio es una persona que no usa computadora, y en ese entonces ni siquiera sabía como prenderla, pero que aún así accedió a que le abran una cuenta en el Twitter, donde siempre pedía que las cosas importantes sean publicadas.

“No te olvides de publicarlo allí donde los 140 caracteres”, decía el Pontífice cuando vivía en Buenos Aires.