El arzobispo de Córdoba, cardenal Ángel Rossi SJ, se encuentra trabajando en el armado de dos nuevas vicarías, orientadas a profundizar la pastoral de los pobres y de los jóvenes. 

Como áreas de trabajo específicas, el purpurado cordobés quiere poner el foco de su ministerio episcopal en acompañar esas realidades y ofrecer un modo renovado de ayuda.

La Vicaría de los Pobres estará a cargo del presbítero Melchor López; que incluirá la Comisión de Adicciones, responsabilidad del presbítero Pablo Viola.

Por su parte, la Vicaría de los Jóvenes estará bajo la coordinación del por el obispo auxiliar de Córdoba, monseñor Alejandro Musolino SDB.

Los responsables de estas vicarías coinciden con el cardenal Rossi, quien afirmó que el objetivo de estas vicarías será “subrayar cada una de las realidades –que a su vez tienen puntos de conexión– y darle continuidad a un trabajo que ya se viene realizando”.

“El pobre es Cristo”

En la ceremonia de la creación de la Vicaría de los Pobres, el arzobispo expresó: “La Iglesia elige a los pobres porque es el mandato evangélico. Se cuida a todos, pero se pone la mirada especialmente en los más frágiles. El pobre es Cristo. El Señor está presente en cada uno de los hermanos nuestros vulnerados o más heridos. El desafío es que los metamos en nuestro corazón, que creamos realmente esto y que los sirvamos como merecen”.

 

El padre López, quien tuvo misiones pastorales en La Tela, San Roque, Ameghino Norte, Los Granados y Las Flores 2, mencionó que se está concluyendo una primera etapa de relevamiento sobre qué servicios ofrece la Iglesia y cuáles son las necesidades concretas “para atender de manera más significativa”. 

Entre las necesidades más grandes se encuentran la vulneración de los derechos a la alimentación, la vivienda, el trabajo y el abandono de la escuela media, que el sacerdote eñala como indicadores en los que se debe trabajar incansablemente para que puedan revertirse. 

 

 

Asimismo, se insistirá en sacar a las infancias y adolescencias afectadas por las adicciones; y así evitar que caigan en las redes de las mafias narco. “Sueño con que un niño pueda ir a la escuela, tenga afectos y, con el tiempo, si quiere trabajar lo haga con dignidad; y, si necesita una ayuda, la pueda tener”, reflexionó.

Respecto del contexto en que se realizará el trabajo de la vicaría, sostuvo que “la situación es compleja y crítica, y necesitamos pensarnos como una familia, con una dignidad compartida, no que sólo algunos tengan posibilidades y privilegios de bienes y derechos y, en simultáneo, otros estén al margen y descartados”.

“Conectar con los jóvenes”

Con una reconocida trayectoria en las obras salesianas, monseñor Musolino tendrá la tarea de potenciar el trabajo con los jóvenes en la arquidiócesis cordobesa. 

 

Junto con su equipo, trabajarán en escuchar las necesidades de los jóvenes, definir prioridades e incluso incorporar a algunos de ellos en el discernimiento propio que la vicaría lleve adelante en acciones pastorales concretas.

Para lograrlo, comenzarán con una asamblea, que se realizará en marzo del año próximo en la localidad de Jesús María, a la que se invitará a los representantes de toda expresión juvenil que exista en la Iglesia en Córdoba. 

También se trabajará, principalmente, en poder acercarse a quienes no se sienten llamados por la fe: “He crecido mucho a la par de los jóvenes que han tenido la confianza de contarme por qué creen, por qué no creen o por qué tienen ganas de volver a creer”, expresó el obispo auxiliar.

Por último, monseñor Musolino compartió que su  deseo es “que podamos conectar con lo que vive un joven hoy, cómo puede y quiere llevar adelante su vida, y luego está la libertad de elección. Nadie puede meterse en las conciencias”.