Son 24 las argentinas camino a ser santas: las causas de las mujeres pueden esperar

Son 24 las argentinas camino a ser santas: las causas de las mujeres pueden esperar

La primera aguarda desde 1905. ¿Avanzan más rápido las causas de hombres? ¿Sexismo o casualidad?

Por Nunzia Locatelli y Cintia Suárez

La primera de ellas espera desde 1905 ser declarada santa. La lista se compone de mujeres laicas, religiosas, madres y una periodista. Muchas fueron violentadas y acosadas, las intentaron censuran, pero luego de una vida de dificultades, se destacaron por sus virtudes, gracias y milagros, lo que les abre la puerta a la santidad.

Laura Vicuña: víctima de acoso asexual

Se trata de la beata argentina más joven, Laura Vicuña. Con sus cortos 13 años fue una mártir que falleció el 22 de enero de 1904 en Junín de los Andes.

La pequeña Laura vivió una vida con muchas necesidades. Su madre apremiada por la falta de recursos accedió a ser la concubina de un estanciero para que sus hijas Laura y Julia pudieran estudiar.

En una de sus vacaciones, Laura sufrió dos violentos ataques sexuales del estanciero, pareja de su madre, ya que él pretendía tener relaciones íntimas con la niña, quien se resistió. Laura vivió una situación de violencia sexual que se asemeja a la de la santa italiana, María Goreti que fue víctima de un femicidio de manos de su agresor sexual. Ante el rechazo de Laura, el estanciero se negó a seguir pagando el colegio de la niña, y a pesar de esto ella pudo continuar sus estudios.

Cierto día, Laura, angustiada por la vida que llevaba su madre, le pidió a Dios la salvación de la vida de su progenitora a cambió de la de ella. Al poco tiempo Laura falleció de tuberculosis y fue beatificada en 1988 por Juan Pablo II, desde entonces espera para ser declarada santa.

La rebelde del norte

María Antonia de Paz y Figueroa, llamada Mama Antula por los indios, esclavos y campesinos, nació en Villa Silípica, Santiago del Estero, en 1730. A los 15 años desafió a su padre avisándole que no se casaría ni sería monja, tal era el destino programado para las mujeres de su época. Decidió ser laica. Empezó a demostrar su rebeldía y determinación cuando los jesuitas fueron expulsados de América en 1767, desobedeció a las autoridades máximas de la época, el rey Carlos III y el papa Clemente XIV, que habían prohibido todo lo jesuita.

Caminó descalza más de cuatro mil kilómetros desde Santiago del Estero a Buenos Aires, para llevar a la capital del virreinato del Río de la Plata, la práctica de los ejercicios espirituales ignacianos. Cuando llegó a Buenos Aires, caminando junto a otras pocas mujeres, fue violentada, agredida a piedrazos, al punto que tuvo que refugiarse en la Iglesia de la Piedad para salvarse.

Ya en vida demostró ser una persona fuera de lo común, tenía dones como la bilocación, al igual que el Padre Pio de Pietrelcina y San Martín de Porres, se encontraba en dos lugares diferentes al mismo tiempo. Tenía visiones, multiplicaba la comida, trasmutaba las sustancias y especies.

Entre las profecías que advirtió en vida resalta la de una destacada dama de Santiago del Estero, la señora Alcorta, casada con el abuelo del ex presidente Figueroa Alcorta. Mama Antula desde Buenos Aires envió una carta advirtiendo a la familia que esta señora había sido enterrada viva. Descubierto el cajón y abierto, se encontró el cadáver que se había dado vuelta y tenía un dedo u otro objeto puesto en la boca, con eso se comprobó el hecho sobrenatural.

Con su esfuerzo y limosnas, Mama Antula fundó la Santa Casa de Ejercicio de Buenos Aires, considerado el edificio colonial más antiguo de la Ciudad. Se convirtió en una personalidad destacada de Buenos Aires y de consulta. Se relacionó con los próceres de Mayo, cuyos nombres fueron registrados en el relato de la historia nacional, mientras que el de ella pasó al olvido. La causa de Mama Antula se abrió en 1905 en Buenos Aires y fue declarada beata en 2016 por el papa Francisco.

Monseñor Santiago Olivera, el obispo delegado para la Causa de los Santos en Argentina, explicó a este medio el estado de la causa: “Hoy hay un milagro supuesto, como se llama en Roma, que se está estudiando y quiera Dios que ese milagro sea confirmado por la ciencia médica y fundamentalmente por el Papa para que Mama Antula sea la próxima santa”.

Perfume a violetas que estremece a los visitantes

“Sor Dulzura”, ese era el apodo de María Crescencia Pérez, que nació en Buenos Aires el 17 de agosto de 1897 y era hija de inmigrantes españoles.

Como parte de su ministerio religioso hizo un viaje a Chile y en su estadía se enfermó gravemente y falleció al poco tiempo. Las religiosas que la cuidaron hasta el último aliento testimoniaron que un intenso aroma a violetas invadió el espacio donde Crescencia agonizaba. Lo que sorprendió a las Hermanas del Huerto fue que estaban en el mes de mayo, y no era temporada de violetas. En 1986 el cuerpo de Crescenceia fue trasladado a la capilla del Colegio Nuestra Señora del Huerto de la Ciudad de Pergamino, Provincia de Buenos Aires, donde muchos peregrinos que se acercan a su tumba testimonian percibir un impregnante perfume a violetas en distintas épocas del año que les estremece el cuerpo.

En vida se dedicó al cuidado de los enfermos tal como el enfermero de la Patagonia, Artémides Zatti, quien recientemente fue declarado santo, mientras Crescencia sigue esperando su momento.

“Cuántas veces las mujeres tienen que hacerse cargo de situaciones complejas, de sufrimientos, de la familia, de los hijos”, así definió el rol de la mujer, Monseñor Santiago Olivera, y agregó: “La presencia de la mujer es fundamental. Descubrimos a la Mujer Fuerte porque en los momentos de la necesidad y caridad extrema, cuando hay un enfermo, un pobre, un necesitado y en nuestras propias familias, es cuando vemos a la mujer que está ahí de pie, con esa fortaleza acompañando” así se expresó el alto prelado argentino.

Del periodismo a la santidad

La periodista y abogada Nínawa Daher es una de las candidatas a santa, pero se trata de una causa incipiente, ya que aún se encuentra dando los primeros pasos del proceso en Buenos Aires. Nínawa fue periodista de internacionales en el Canal C5N desde su creación en 2007, también conducía un programa en el canal estatal. En 2003 fue candidata a legisladora de la Ciudad de Buenos Aires. Falleció por un accidente de tránsito en 2011 mientras se encontraba de vacaciones en compañía de su novio. Recibió prestigiosos premios tanto en vida como post mortem.

Su causa de beatificación y canonización se encuentra en sus inicios. Fue públicamente conocida por su compromiso moral y religioso en la defensa de los valores, la educación y el derecho de todos a una vida digna. Nínawa en los próximos años será noticia como la primera periodista argentina en camino a la santidad. Existe una fundación que lleva su nombre y entre las acciones que realiza se destacan las becas a estudiantes universitarios.

Un camino espinoso

Otra de las dificultades con las que se encuentran las causas de beatificación y canonización es el oneroso costo de todo el proceso que incluye: traducciones, viajes a la Santa Sede, apostillados, comisiones de peritos y expertos, y todos los costos que implican cada expediente que se extiende en numerosos años de trabajo que puede llegar a siglos. Todo se paga rigurosamente en euros. Este es uno de los grandes impedimentos que deben afrontar los candidatos y sus postuladores y, por lo tanto, desfavorece a los santos de los países pobres. Una rara excepción que existe y que es potestad del papa es la de declarar “causa pobre” para alivianar los gastos. Sin embargo, a veces termina enlenteciendo el proceso. Un ejemplo local es el de Monseñor Gottau, primer obispo de Añatuya, Santiago del Estero, quien fue el creador e impulsor de la colecta Más por Menos. Otra de las causas pobres es la de la santiagueña Mama Antula.

¿Por qué fueron adelante solo la causa del hombre? ¿Una discriminación de género o pura casualidad? También hay que decir que el poder de las decisiones está en mano de los hombres.

A modo de sororidad hacemos visibles los nombres de todas las mujeres argentinas que esperan: María del Tránsito de Jesús Sacramentado Cabanillas, Mama Antula, María Ludovica de Angelis, Hna. María Crescencia Pérez, Madre Catalina de María Rodríguez, Laura Vicuña, Madre María Benita Arias, Madre María Eufrasia Iaconis, Leonor de San Luis López de Maturana, Leonor de Santa María Ocampo, Madre Camila de San José Rolón, María Antonia Cerini, Sofronia Seferina Erdely, Madre Isabel del Monte Carmelo Fernández, Hna. María de San Agustín de Jesús Fernández, Elmina Paz Gallo, María de las Mercedes del Niño Jesús Guerra, Pura Rosa María del Carmen Olmos, María Mercedes del Carmen Pacheco, María Lourdes del Santísimo Sacramento Para Scaglia, María Cecilia Perrín de Buide, Victorina Rivara de Perazzo, Clarita Segura y Nínawa Daher.

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