Argentina. En el tradicional barrio de Once hace 40 años conviven Pesaj y Pascuas en una pescadería que se ganó la confianza de la comunidad judía

Argentina. En el tradicional barrio de Once hace 40 años conviven Pesaj y Pascuas en una pescadería que se ganó la confianza de la comunidad judía

Para la comunidad judía, el pescado es uno de los alimentos que no pueden faltar en la mesa. Y en la festividad de Pesaj no puede ser la excepción. En la “Pescadería El Dorado”, del barrio porteño de Once, lo saben y hace 42 años que venden el pescado fresco kosher a los miembros de la comunidad judía para preparar el Guefilte Fish, entre otros platos clásicos de la mesa festiva. “Aprendí todas las normas y las respeto. Molemos el pescado a pedido del cliente y di mi palabra que no se picaba otra cosa que no sea kosher, porque no voy a ensuciar mi trayectoria.”, aseguró a la Agencia Judía de Noticias (AJN), Luis Di Leva, dueño del local.

Tras el mostrador de la pescadería, está Luis. No está agotado, a pesar de la agitada semana de venta por Pesaj y las Pascuas, en la que cientos de familias judías y católicas se acercaron en masa a comprar su pescado fresco. Es que si bien los miembros de la comunidad judía son sus principales clientes, Luis también recibe a “personas que no son de la colectividad, como son peruanos, bolivianos, argentinos; restaurantes, sanatorios, hoteles, geriátricos, especialmente los sábados”. La prueba de ello se observa en las paredes ubicadas detrás de él: hay fotografías del Papa Francisco, y del Rebe de Lubavich. También hay un cartel que pregona “Feliz Navidad”. Es que Luis es católico creyente, y “la colectividad lo sabe”, según aseveró a la Agencia Judía de Noticias (AJN).  Esa sinergia se ve todos los días de lunes a sábados en la pescadería, donde Luis se muestra sonriente y amable para recibir a todo aquel que ingrese al local ubicado en San Luis 2507. “Yo soy católico, no lo voy a negar, por eso tengo la imagen del Papa, y la del Rabino. Considero que D’s  hay uno solo y la fe mueve montañas, o sea que no importa la creencia, sino la fe que uno tenga. Desde chico, estando con mi padre, aprendí todas las normas y las respeto. Molemos el pescado a pedido del cliente y di mi palabra que no se picaba otra cosa que no sea kosher, porque no voy a ensuciar mi trayectoria.” La pared termina de adornarse con una nota de la escuela Talpiot en la que agradecen la visita que Luis y su familia brindaron a los alumnos del jardín de infantes para explicar todo sobre la mercadería que vende y de la que es todo un especialista: los pescados. Merluza, pejerrey, salmón, caballa y mero son algunos pescados kosher, es decir, aquellos que se adecúan a la estricta Halajá (ley judía): pescados con aletas y escamas. Enumerarlos puede resultar fácil, no así cuidarlos para mantener su calidad y frescura. “El pescado es algo muy delicado. A partir de las 5 de la mañana estoy acá. Recibo la mercadería directamente de Mar del Plata todos los días de martes a viernes y la controlo: tiene que estar en óptimas condiciones, sino acá no entra y va de vuelta.”, confía. Y asegura que ello es justamente lo que logró que “El Dorado” se ganara la confianza de muchísimos miembros de la comunidad judía desde hace cinco décadas. “Hago todo lo posible para que la comunidad esté conforme y me siga comprando, como lo está haciendo hasta ahora, dándole buena calidad a un buen precio. Digo la colectividad porque prácticamente este es su barrio. Siempre brindé lo que se merecen y esa trayectoria que tengo no la voy a ensuciar por nada.”, precisó a la AJN. Calidad, precio, dedicación y confianza son algunas de las características que alaban los clientes de esta pescadería que ya tiene una trayectoria de 42 años. “Somos unos de los pioneros del viejo Mercado Larrea, donde mi padre tenía un puesto, tanto mayorista como minorista, donde yo también trabajaba. A partir de ahí toda la colectividad nos conoce. Cuando el mercado cerró en 1973, me instalé en un mercadito en San Luis y Jean Jaures. Después compré este local y me trasladé para acá”, contó.  Debido a estas disposiciones halájicas, no están permitidos los mariscos: camarón, langosta, langostino, ostra, calamar, cangrejo. Y tampoco otros pescados, como el cazón, el tiburón, esturión, entre otros. Luis lo sabe. ¿Cómo hace para dejar contentos a todos los clientes con sus tradiciones y productos? “Tengo dos cámaras frigoríficas: una para el pescado fresco, donde se guarda solamente el pescado kosher y otra de bajo frío, que tiene un frio consistente, donde se guardan los mariscos, que tienen que estar bien congelados.”, explicó al tiempo que mostraba las cámaras. Todo ese esfuerzo diario deja en el dueño de “El Dorado” una “satisfacción muy grande”. “Esto mantiene el espíritu de los comercios de barrio de antes. Ese barrio que tenía su carnicero, su pollero y su pescador. Y logre ser su pescador, dando calidad, tratando de dar la mejor atención posible, hasta entregando a domicilio. Trato, de poner un precio más módico y darle también un beneficio al no cobrar el envió.” ¡Y vaya que logra lo que promete!: La gente no solo se va contenta con su bolsita de pescado, también con la seguridad de que va a volver y encontrará a su pescadero amigo. ¿Cuáles son los pescados preferidos por la comunidad? Filet de merluza, filet de brótola, filet de lenguado, besugo, corvina, anchoa, salmón rosado, pejerrey, lachas, según contó Luis. “El salmón rosado fresco lo fileteo y el ahumado lo entrego cerrado al vacío con el precinto kosher.”, destacó. Asimismo, el dueño de “El dorado” precisó que los sefaradies “también compran pescados enteros: salmón blanco, corvina, besugo, anchoa, caballa, todo lo que sea con escamas.”. Mientras que los ashkenazim optan por el pescado molido para preparar el tradicional  guefilte fish, aunque “también piden las cabezas y los espinazos para hacer el caldo¸ y la piel muchos la llevan también para hacer el pesado al horno, que lo cubren.” “Cada cosa, todo lo que el cliente pide yo se lo preparo”, aseguró sin titubeos.

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