Los archiveros acusan a los implicados en el "Vatileaks II" de crear "un archivo paralelo"

Los archiveros acusan a los implicados en el

Chaouqui tenía mucha "influencia" sobre Vallejo Balda y que le ponía nervioso y de mal humor

La archivera de la Prefectura de Asuntos Económicos del Vaticano, Paola Pellegrino, declaró como testigo en el proceso conocido como "Vatileaks2" y denunció que el secretario de esta institución el sacerdote español imputado, Lucio Vallejo Balda, ordenó multitud de fotocopias de documentos.

Documentación relativa a las Causas de los Santos y los balances de las basílicas papales que después esta empleada vaticana afirmó que había visto en los libros "Avaricia" de Emiliano Fittipaldi y "Vía Crucis" de Gianluigi Nuzzi, los dos periodistas imputados en este caso que juzga a cinco personas por filtración y publicación de documentos reservados.

En esta nueva audiencia del caso conocido como "Vatileaks2", que duró cinco horas, testificaron dos empleadas del Vaticano: Pellegrino y Paola Monaco, ex secretaria del presidente de la Prefectura, lo que sería el Tribunal de Cuentas vaticano, el cardenal Giuseppe Versaldi.

La archivera destacó que por orden de Vallejo Balda se fotocopió masivamente estos documentos y que ella tuvo la sensación "de que podían ser destinado a alguien para su publicación". Tanto que Pellegrino explicó que "estaba muy preocupada" por las fotocopias que estaban creando casi un "archivo paralelo".

Ante la posibilidad de que se pudiese ocurrir un nuevo caso como el de Paolo Gabriele, el mayordomo condenado en el Vaticano por haber filtrado documentos, escribió una nota conjunta con su colaborador y el contable general de la Prefectura en la que describían la situación para poder proteger su posición ante eventualidades.

La testigo Paolo Monaco denunció por su parte las "anomalías" que ella veía en las reuniones que se producían entre Vallejo Balda, Francesca Chaouqui, Nicola Maio, los imputados y miembros de la extinta Comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede (COSEA).

Habló de que aunque sus reuniones a puerta cerrada en la prefectura podían ser algo lícito, eran tan anómalas respecto a cómo se trabajaba en pasado en la prefectura que "daban la impresión de estar maquinando complots".

Ambas denunciaron varios episodios de maltrato por parte de Vallejo Balda y su comportamiento agresivo, así como que les trataba de vagos y amenazaba con despedir al personal.

Las dos empleadas hablaron de cartas donde denunciaban este comportamiento del sacerdote español e incluso misivas al papa Francisco para informarle de ello.

Asimismo aseguraron que Chaouqui tenía mucha "influencia" sobre Vallejo Balda y que le ponía nervioso y de mal humor.

En detalle, Monaco habló de llamadas de teléfono entre Chaouqui y el sacerdote español en las que se levantaba la voz y tras las que Vallejo Balda estaba de mal humor.

Al respecto, Pellegrino contó que en la primavera de 2014 cuando la COSEA ya había sido desmantelada, Chaouqui envió como regalo a Vallejo una pecera con dos peces rojos y agregó que "lo interpretamos cómo que tenía que quedarse callado (como un pez)".

La archivera señaló que al inicio de 2015, Vallejo ordenó a todos los dependientes que no le pasasen las llamadas de Chaouqui ni la dejaran pasar a las oficinas de la Prefectura.

La próxima audiencia del proceso será el próximo 7 de mayo y continuará con algunos de los testigos llamados a declarar por los abogados de los imputados.

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