No es fácil hablar de la familia y el matrimonio en el judaísmo, porque son dos de los vínculos humanos a los que la Torá le da mayor importancia en toda su filosofía. Cuando las personas preguntan por qué los judíos son de las pocas culturas que sobrevivieron a la antigüedad muchas veces la respuesta es que favorecemos el matrimonio y la familia por encima de los conflictos políticos o sociales. En cierta forma la trascendencia como la entiende el judaísmo y el mismo objetivo del pueblo judío se centra en el bienestar de estas instituciones, en el vivir y compartir los ritos, los valores y la forma de vida judía; creando continuidad en el tiempo y la historia.
Por eso la lista de aprendizajes que la Torá ofrece sobre la vida marital y la familia son interminables; nos habla desde como tratar a nuestras parejas amorosas, cómo enfrentar ciertos problemas familiares como la educación de los hijos, los celos, las emociones y ciertas vicisitudes hasta el sentido espiritual de hacerlo. Por eso las siguientes reflexiones son sólo una muestra pequeña de muchos de los aprendizajes que uno puede obtener de una cultura que lleva milenios siendo practicada; en esencia son cuatro reflexiones sobre algunos de los pasajes que aparecen en el libro del Génesis. Esperamos les gusten.
Las acciones del individuo impactan en el futuro y bienestar de la pareja
Uno de los eventos más enigmáticos de la Torá es cuando Sara le reclama a Abraham los sucesos ocurridos con Hagar. Los comentaristas se preguntan sobre la forma tan partícular que tiene Sara de enunciar el reclamo, ¿por qué sería culpa de Abraham que ella no haya tenido hijos? La respuesta viene en un midrash de la tradición oral. Donde señala que cuando Abraham reza a D-os por tener un hijo se le olvida rezar por Sara; se olvidó de ella, dejo de considerar que el futuro de ambos estaba unido.
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