Apertura a las mujeres: el Papa nombró a una subsecretaria en el Sínodo de Obispos con derecho a voto

Apertura a las mujeres: el Papa nombró a una subsecretaria en el Sínodo de Obispos con derecho a voto

En otra apertura más que trascendental en una Iglesia católica dominada por hombres, el papa Francisco nombró hoy a una mujer como subsecretaria del Sínodo de Obispos, algo sin precedente, donde tendrá derecho a voto, hecho que abre posibilidades para un cambio general en este sentido.

El Sínodo de Obispos es el ente del Vaticano que suele organizar, cada cada dos años, las reuniones de obispos de todo el mundo para que se discutan cuestiones de gran importancia para la Iglesia en forma colegiada y no centralizada. En el pontificado de Francisco, que insiste en la sinodalidad -el caminar juntos- adquirió una gran importancia.

En el último sínodo convocado por el Papa sobre la Amazonía, en octubre de 2019, aunque por primera vez fueron designadas mujeres consultoras y otras como expertas y auditoras, ninguna de las veinte religiosas que participaron pudieron votar. Algo que provocó fuertes protestas de diversos grupos de mujeres católicas, que juntaron firmas e hicieron diversas campañas mediáticas.

Probablemente escuchando ese clamor y también a muchos padres sinodales que en su momento dijeron claramente que no veían por qué se les impedía el voto, el exarzobispo de Buenos Aires decidió designar como subsecretaria del Sínodo de Obispos a la hermana javeriana francesa Nathalie Becquart, que pasó a ser la primera mujer que llega a este cargo y que tendrá derecho a voto, algo que abre posibilidades de que pronto también las demás participantes de sexo femenino puedan hacerlo.

Una puerta

Así lo indicó el cardenal maltés, Mario Grech, secretario general del Sínodo de Obispos, en una entrevista con L'Osservatore Romano. "Con el nombramiento de la hermana Nathalie Becquart y su posibilidad de participar con derecho a voto se ha abierto una puerta, luego veremos qué otros pasos se pueden dar en el futuro", aseguró Grech, preguntado si la designación representa también a la posibilidad de que otras mujeres tengan derecho a voto en el Sínodo.

Grech recordó que en los últimos sínodos "numerosos padres sinodales subrayaron la necesidad de que toda la Iglesia reflexione sobre el lugar y el papel de las mujeres en ella" y que "el papa Francisco también ha subrayado en varias ocasiones la importancia de que las mujeres sean más incorporadas en los procesos de discernimiento y toma de decisiones eclesiales; y ya en los últimos sínodos aumentó el número de mujeres que participaron como expertas o auditoras".

El Papa también nombró como subsecretario al monseñor español Luis de Martín, del orden de los agustinianos. Ambos pasarán a ser los brazos derechos de Grech.

La hermana Becquart, que pasará a ser la primera subsecretaria mujer del Sínodo de Obispos, tiene un currículum impactante, como se desprende la biografía publicada por el Vaticano. Se licenció en la Escuela de Altos Estudios Comerciales de París (HEC París), estudió filosofía y teología en el Centro Sèvres - Facultad de los jesuitas de París-, sociología en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS) de la misma ciudad y se especializó en eclesiología con investigaciones sobre la sinodalidad en la Boston College School of Theology and Ministry (Estados Unidos de América).

En 1995 ingresó a las Misioneras de Cristo Jesús. En 2005 hizo sus votos perpetuos. Fue directora del Servicio Nacional para la Evangelización de los Jóvenes y las Vocaciones de la Conferencia Episcopal de Francia (de 2012 a 2018) y consultora de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos (desde 2019), según indicó Vatican News, el portal del Vaticano.

El 11 de enero pasado, en otra señal importante de apertura, el Papa cambió una ley canónica que oficializó que las mujeres puedan ser acólitas y lectoras en las misas-es decir, puedan ayudar en el altar y leer las Sagradas Escrituras-, reconociendo en forma institucional una práctica que ya se da en muchísimas partes del mundo.

Por: Elisabetta Piqué

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