El ambulatorio móvil del Papa a disposición de los prófugos

El ambulatorio móvil del Papa a disposición de los prófugos

Lo recibió Benedicto XVI como un regalo y se ocupaba en los eventos públicos con el Pontífice. Ahora, varias veces a la semana, asiste a los migrantes que se encuentran en los alrededores de Roma. Las noticias sobre la primera familia, proveniente de Damasco, alojada en una casa del Vaticano

Por ANDREA TORNIELLI

CIUDAD DEL VATICANO

Una primera familia de refugiados fue acogida en un departamento del Vaticano, después de llamado que lanzó Papa Francisco durante el Ángelus, hace menos de dos semanas, para invitar a cada parroquia, comunidad religiosa, santuario y monasterio de Europa a hospedar a una familia de prófugos. La noticia la dio la Limosnería apostólica, que también informó sobre el servicio de un ambulatorio móvil (que hasta ahora se utilizaba para los eventos con el Papa) para los prófugos que viven en Roma, tanto regulares como irregulares.

«Desde hace algunos días, la comunidad parroquial de Santa Ana en el Vaticano -informa el comunicado- ha acogido a una familia de prófugos, compuesta por padre, madre y dos hijos. La familia, de nacionalidad siria, llega de la ciudad de Damasco, de la que huyó debido a la guerra. Entró a Italia justamente el domingo en el que el Santo Padre, al final de la oración del Ángelus, dirigió el fuerte llamado a acoger a una familia en cada parroquia, comunidad religiosa, monasterio y santuario. Son cristianos de rito greco-melequita católico, del Patriarcado de Antioquía».

Los cuatro integrantes de la familia fueron alojados en un departamento del Vaticano, cerca de San Pedro, por lo que habitan fuera de la muralla. «Se puso en marcha inmediatamente el procedimiento -continúa la nota- para la petición de protección internacional. Con base en la ley, durante los primeros seis meses a partir de la presentación de la petición de asilo, quienes piden protección internacional no pueden trabajar. Durante este periodo serán asistidos y acompañados por la comunidad parroquial de Santa Ana».

El Limosnero apostólico, el obispo Konrad Krajewski, explicó: «Hasta que llegue la decisión italiana de conceder o no el estatus de refugiados no es posible ofrecer más información sobre esta familia. Por lo tanto, justamente para tutelarlos en este camino de reconocimiento, es oportuno que también los medios de comunicación respeten su voluntad de no ser buscados ni entrevistados». En relación con la acogida de la segunda familia por parte de la otra parroquia vaticana, la de San Pedro, «no podemos dar ninguna noticia, hasta la conclusión de los trámites necesarios».

En este contexto «de caridad cristiana hacia las personas que huyen de la guerra y del hambre», continúa el comunicado, «vale la pena también subrayar que desde hace muchos años los Pontífices, mediante la Limosnería apostólica, han contribuido al pago de impuestos para la expedición del primer permiso para los refugiados mediante el Centro Astalli dirigido por los jesuitas (en 2014 fueron erogados alrededor de 50.000 euros para tal objetivo). Además de ello, la Limosnería, siempre en nombre del Papa, ayuda cotidianamente a numerosas personas y a familias de prófugos, además de cubrir las primeras necesidades, incluso sanitarias, de muchos centros de acogida que se encuentran en Roma».

Para concluir, mons. Krajewski informó que «desde hace algunos días, un moderno ambulatorio móvil, donado hace algunos años al Papa y que hasta ahora se utilizaba solo en los eventos por él presididos, ha sido puesto a disposición, algunas veces por semana, para asistir a los prófugos en los centros de acogida, incluso no regulares, que se encuentran en las periferias de Roma». Los voluntarios que ofrecen sus servicios son médicos, enfermeros y miembros de la Guardia Suiza; empleados del Estado Vaticano, de la Universidad de Tor Vergata y miembros de la Asociación del Instituto de Medicina Solidaria Onlus.

Comentá la nota