'Alegres en la esperanza': mensaje del Papa para la Jornada de la Juventud 2023

'Alegres en la esperanza': mensaje del Papa para la Jornada de la Juventud 2023

El Santo Padre invitó a los jóvenes del mundo a la XXXVIII Jornada Mundial de la Juventud, que será celebrada en las iglesias particulares el próximo 26 de noviembre.

 

“Ustedes, jóvenes, son realmente la esperanza gozosa de una Iglesia y de una humanidad siempre en movimiento. Quisiera tomarlos de la mano y recorrer con ustedes el camino de la esperanza”, escribe el Papa Francisco en su mensaje para la XXXVIII Jornada Mundial de la Juventud, que será celebrada en las Iglesias particulares el próximo 26 de noviembre, bajo el lema: “Alegres en la esperanza”

En su mensaje, publicado hoy por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el pontífice recuerda la reciente Jornada Mundial de la Juventud, que tuvo lugar el pasado agosto en Lisboa, Portugal: “¡Qué hermoso fue nuestro encuentro en Lisboa! Una verdadera experiencia de transfiguración, una explosión de luz y alegría”, expresó el pontífice.

De cara al Jubileo de los jóvenes, en 2025, Francisco explica en su mensaje que, “en estos dos años de preparación al Jubileo, meditaremos primero sobre la expresión paulina 'Alegres en la esperanza' (cf. Rm 12,12), y luego profundizaremos la del profeta Isaías 'Los que esperan en el Señor caminan sin cansarse' (cf. Is 40,31)".

“La ‘alegría en la esperanza’ predicada por el Apóstol brota del misterio pascual de Cristo, de la fuerza de su resurrección. No es fruto del esfuerzo humano, del ingenio o del arte. Es la alegría que nace del encuentro con Cristo. La alegría cristiana viene de Dios mismo, del sabernos amados por Él”, indica el Papa.

¿Dónde está mi esperanza?

Francisco destaca que “la juventud es un tiempo lleno de esperanzas y sueños”. Sin embargo, “vivimos en una época en la que, para muchos, incluidos los jóvenes, la esperanza parece ser la gran ausente. Muchos de sus coetáneos que, lamentablemente, viven experiencias de guerra, violencia, acoso escolar y otros tipos de dificultades, se ven afligidos por la desesperación, el miedo y la depresión. Se sienten como encerrados en una prisión oscura, incapaces de ver los rayos del sol. Esto queda dramáticamente demostrado por el alto número de suicidios entre los jóvenes en varios países”.

De ahí que el Santo Padre escribe: “Frente a los dramas de la humanidad, sobre todo ante el sufrimiento de los inocentes, también nosotros, como rezamos en algunos salmos, le preguntamos al Señor: '¿Por qué?'. Pues bien, nosotros podemos ser parte de la respuesta de Dios. Creados por Él a su imagen y semejanza, podemos ser expresión de su amor, que hace nacer la alegría y la esperanza, incluso allí donde parece imposible”. 

Para el Papa, la vida de muchos santos es un ejemplo de haber sido “testigos de esperanza, incluso en medio de la más cruel perversidad humana. Pensemos en san Maximiliano María Kolbe, en santa Josefina Bakhita o en los beatos cónyuges Józef y Wiktoria Ulma, con sus siete hijos”, y en la “esperanza de la Virgen María”, destacó el pontífice, “que se mantuvo fuerte junto a la cruz de Jesús, segura de que la ‘victoria’ estaba cerca. María es la mujer de la esperanza, la Madre de la esperanza”.

 

 

“La esperanza cristiana -se lee en el mensaje del Papa- no es un fácil optimismo, ni un placebo para incautos. Es la certeza, arraigada en el amor y la fe, de que Dios no nos deja nunca solos y mantiene su promesa (…). La esperanza cristiana no es negación del dolor y de la muerte, sino celebración del amor de Cristo Resucitado que está siempre con nosotros, aun cuando nos parezca lejano”.

Alimentar la esperanza

El Papa advierte luego a los jóvenes que, “cuando la chispa de la esperanza se ha encendido en nosotros, a veces corremos el riesgo de que se apague por las preocupaciones, los miedos y las cargas de la vida cotidiana”, de ahí que señala que “una chispa necesita aire para seguir brillando y resurgir en un gran fuego de esperanza. Es la brisa suave del Espíritu Santo la que alimenta la esperanza; pero también nosotros podemos ayudar a alimentarla de varias maneras”.

La esperanza se alimenta, en primer lugar, con la oración. “Rezando se custodia y se renueva la esperanza. Rezando mantenemos encendida la chispa de la esperanza”, y subraya el Papa a los jóvenes: “Ante las angustias que nos asaltan, tomémonos cada día un tiempo para descansar en Dios”, escribe Francisco.

Luego, el pontífice exhorta a los jóvenes a “elegir un estilo de vida cimentado en la esperanza” y les propone, por ejemplo, ser “sembradores de esperanza en la vida de sus amigos y de todos aquellos que los rodean”.

“Queridos jóvenes, termina el pontífice, no tengan miedo de compartir con todos la esperanza y la alegría de Cristo Resucitado. La chispa que se ha encendido en ustedes, cuídenla, pero al mismo tiempo dónenla: se darán cuenta de que crecerá. No podemos guardar la esperanza cristiana sólo para nosotros mismos, como un lindo sentimiento, porque está destinada a todos. Acérquense en particular a aquellos de sus amigos que aparentemente sonríen, pero que por dentro lloran, pobres de esperanza. No se dejen contagiar por la indiferencia y el individualismo. Permanezcan abiertos, como canales por los que la esperanza de Cristo pueda fluir y difundirse en los ambientes donde viven”.

“Encomendemos toda nuestra vida a María, Madre de la Esperanza. Ella nos enseña a llevar en nosotros a Jesús, nuestra alegría y esperanza, y a darlo a los demás”, concluye el mensaje, firmado en Roma el 9 de noviembre de 2023, fiesta de la Dedicación de la Basílica romana del Salvador.

Comentá la nota