El legislador de Bien Común y referente de La Alameda, Gustavo Vera, salió al cruce de la campaña del periodista Horacio Verbitsky con sus notas en el diario Página 12 al afirmar que pretenden involucrar “al Papa Francisco en oscuras maniobras tendientes a garantizar impunidad a los genocidas” a pesar de las reiteradas desmentidas que religiosos y laicos han hecho de las acusaciones contra Jorge Bergoglio cuando era superior provincial de los jesuitas en la década del `70. 

En su editorial publicada ayer en Página 12, Verbitsky sostiene que Bergoglio impuso una desclasificaciónselectiva con el fin de ocultar información que comprometa a la Iglesia “con una habilidad que no tuvieron sus antecesores, involucró en la maniobra a varios organismos de familiares de victimas y en defensa de los derechos humanos a quienes invitó a visitarlo a Roma”, reeditando una vez mas la participación de Bergoglio en el secuestro de los sacerdotes jesuitas Orlando Yorio y Francisco Jalics. Fue el propio Jalics, que visitó en más de una ocasión a Bergoglio en la Curia porteña, quien defendió al Papa Francisco cuando declaró que era “un error afirmar que nuestra captura ocurrió por iniciativa del padre Bergoglio. Estos son los hechos: el padre Bergoglio no denuncio a Orlando Yorio, ni  a mi”. En esa misma línea Adolfo Perez Esquivel desmintió tajantemente que Bergoglio hubiera sido cómplice de los militares. 

La solicitada, que lleva la firma de Gustavo Vera y Guillermo Moreno junto a una docena de referentes de las agrupaciones La Alameda/Bien Común y Pueblo Peronista, desnuda las campañas de Verbitsky contra JorgeBergoglio -siendo obispo de Buenos Aires y luego como jefe de la Iglesia Católica-, que según ellos responde a “los mandantes internacionales de Verbitsky, a los que les molesta el accionar y la predica de Francisco que denuncia los efectos del capitalismo salvaje, las guerras de rapiña, el crimen organizado y la destrucción del medio ambiente que lleva adelante la oligarquía mundial del complejo militar industrial” acusándolo de ser un “del empleado del norte, disfrazado de izquierdista” que ataca la figura del Papa cada vez que “el mensaje y el ejemplo de Francisco en sus encíclicas y homilías es una luz que nos orienta en la lucha por tierra, techo y trabajo y por sociedades verdaderamente inclusivas donde centro sean las mujeres y los hombres y no el consumismo desenfrenado y los modelos excluyentes que solo generan descarte y esclavitud.”