“Un año muy convulsionado en el establecimiento de la problemática de extremismos centralizada en Medio Oriente y en otras partes del mundo caracterizó el 5775. Un año de refugiados, gente que escapa de su tierra de origen para tratar de hallar un poco de paz y tranquilidad pero principalmente poder salvar sus vidas, en última instancia. Fue muy difícil y duro mantener continuidad y una respuesta positiva delante Dios diciendo: `valió la pena para el ser humano, por lo que sabe dignificar su existencia, el haber sido creado”, señaló Skorka haciendo un breve análisis de lo que deja este 5775 que terminará con la salida de la primera estrella hoy.

Luego expresó los deseos que él tiene para darle al mundo: “A nivel personal que Dios le de paz, salud y bienestar a cada uno. A nivel humanidad que logremos entendernos los unos con los otros, y tengamos espiritualidad. Además el hombre se debe dar cuenta que se puede vivir con escaso pan, pero no, con poca espiritualidad”.