Más de 3.000 judíos ultraortodoxos han llegado ya a la ciudad de Uman, en Ucrania central, para celebrar a partir de este jueves el Año Nuevo judío, informó la Administración Militar de la región de Cherkasy.

"A pesar de las advertencias tanto a nivel diplomático como de la Administración Militar, ya tenemos a más de tres mil peregrinos aquí", ha escrito el jefe de la administración, Igor Taburets, en Telegram, en referencia a las recomendaciones emitidas tanto por Israel como por Ucrania para que los fieles no viajaran a Uman en medio de la guerra.

Las autoridades de Israel, el principal país de origen de los peregrinos, calculan que unos 50.000 religiosos del movimiento fundado por el rabino Najman de Breslov, fallecido en 1810, participarán este año en las celebraciones del Año Nuevo judío en Uman, que atraen cada año a una multitud festiva de jasídicos de todo el mundo.

Las autoridades ucranianas han instituido un régimen especial de seguridad debido, en parte, a la situación de guerra que vive Ucrania.

Agentes de policía controlarán las entradas y salidas a la zona cero de las celebraciones para que no se produzcan avalanchas. Las autoridades de la región han prohibido también la venta de alcohol y de petardos. Tampoco está permitido portar armas de aire comprimido o de juguete.

Los seguidores del rabino Najman de Breslov, también conocido como Najman de Uman, son conocidos por su forma festiva de vivir la religión. Según las enseñanzas del fundador del movimiento, suelen expresar bailando el júbilo que les produce su devoción a Dios.

La llegada a Uman de miles de peregrinos israelíes estuvo a punto de verse frustrada este año por los desencuentros diplomáticos entre Ucrania e Israel. Kiev amenazó con introducir la obligatoriedad de visados para viajeros israelíes tras acusar a Israel de deportar de forma injustificada a refugiados ucranianos.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, advirtió en una conversación reciente con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de que en Uman sólo hay refugios antiaéreos para 11.000 personas, por lo que será difícil garantizar la seguridad de todos los peregrinos en caso de bombardeos.