Yakarta: la ciudad donde seis religiones construyen una nación

Yakarta: la ciudad donde seis religiones construyen una nación

En una época donde las diferencias religiosas frecuentemente alimentan conflictos, Yakarta presenta una narrativa alternativa que el mundo necesita escuchar. La capital de Indonesia—el país con la mayor población musulmana del planeta— alberga una convivencia religiosa que no solo tolera la diversidad sino que la celebra como pilar fundacional de la identidad nacional.

 

Indonesia reconoce oficialmente seis religiones: Islam, Protestantismo, Catolicismo, Hinduismo, Budismo y Confucianismo. Esta multiplicidad no es abstracción constitucional sino realidad cotidiana visible en cada esquina de la capital, desde los minaretes de mezquitas hasta las torres neo-góticas de catedrales católicas, desde templos budistas envueltos en incienso hasta iglesias protestantes con coros que resuenan los domingos por la mañana.

Con 87% de sus 275 millones de habitantes identificándose como musulmanes, Indonesia podría fácilmente haber optado por un estado islámico cuando logró su independencia en 1945. No lo hizo. Y en esa decisión deliberada—impulsada significativamente por líderes protestantes y católicos que ayudaron a forjar la nación—reside una de las lecciones más importantes de construcción nacional del siglo XX.

Pancasila: unidad sin uniformidad

Para comprender la armonía religiosa de Yakarta, hay que comenzar con Pancasila, la filosofía de estado indonesio formulada por el primer presidente Sukarno en 1945, año de la independencia nacional. Pancasila se compone de cinco principios, siendo el primero «la creencia en un Dios único y supremo» (Ketuhanan Yang Maha Esa).

Este principio fue diseñado deliberadamente para ser inclusivo. No especifica cuál Dios ni impone una interpretación particular de divinidad. Reconoce que musulmanes, cristianos, hindúes, budistas y confucionistas—cada uno con concepciones teológicas distintas—pueden coexistir bajo un mismo paraguas nacional si se enfocan en lo compartido: la creencia en algo trascendente, en principios morales superiores, en la existencia de lo sagrado.

La implementación práctica de Pancasila significa que ciudadanos indonesios deben declarar afiliación a una de las seis religiones reconocidas en sus documentos de identidad. Aunque esta política ha sido criticada por excluir a ateos y seguidores de religiones no oficiales, también ha generado un efecto inesperado: institucionalizar el respeto mutuo. Cuando el estado reconoce formalmente seis tradiciones religiosas, ninguna puede reclamar monopolio sobre la vida espiritual nacional.

El gobierno observa días festivos de todas las religiones oficiales: Eid al-Fitr y Eid al-Adha para musulmanes, Navidad y Viernes Santo para cristianos, Waisak para budistas, Nyepi para hindúes, y el Año Nuevo Chino para confucionistas. Esta distribución equitativa de celebraciones nacionales envía un mensaje claro: todas las comunidades religiosas son igualmente valiosas para la nación.

Istiqlal y la Catedral: arquitectura de tolerancia

Ningún símbolo visual encapsula mejor la armonía religiosa de Jakarta que la yuxtaposición de la Mezquita Istiqlal y la Catedral de Jakarta, separadas por apenas una calle en el corazón de la capital.

La Mezquita Istiqlal—cuyo nombre significa «independencia» en árabe—fue encargada por el presidente Sukarno en 1954 y finalmente completada en 1978 después de 17 años de construcción. Con capacidad para 200,000 fieles, es la mezquita más grande del sudeste asiático y una de las más grandes del mundo, un gigante arquitectónico con una cúpula de 45 metros de diámetro sostenida por 12 columnas de acero inoxidable.

El detalle extraordinario: Istiqlal fue diseñada por Friedrich Silaban, un arquitecto cristiano protestante de la Iglesia Batak. La decisión de Sukarno de encargar a un cristiano el diseño de la mezquita nacional no fue accidente administrativo sino declaración intencional.

Silaban, quién ya había diseñado las oficinas centrales del Banco de Indonesia, entendió la responsabilidad histórica de su encargo. Viajó a Medio Oriente para estudiar arquitectura islámica, consultó con eruditos musulmanes sobre simbolismo religioso, y diseñó un espacio que honra las tradiciones islámicas mientras incorpora elementos modernistas que reflejan la Indonesia contemporánea. El resultado es una mezquita que pertenece inequívocamente a Indonesia—no una importación arquitectónica del mundo árabe sino una expresión local de fe islámica.

Directamente enfrente de Istiqlal está la Catedral de Jakarta, oficialmente la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Construida entre 1891 y 1901 en estilo neo-gótico por los colonos holandeses, sus torres gemelas apuntan al mismo cielo que la cúpula de Istiqlal pero con lenguaje arquitectónico completamente diferente.

Sukarno también insistió en que la mezquita nacional se construyera cerca de la catedral—originalmente hubo propuestas de ubicarla en otras partes de Yakarta—específicamente para simbolizar convivencia religiosa. Quería que musulmanes yendo a Juma’at (oraciones del viernes) pasaran frente a la catedral, y que católicos asistiendo a misa dominical rodearan Istiqlal.

Esta proximidad física genera interacciones diarias. Durante Ramadán, la Catedral de Jakarta presta regularmente sus espacios de estacionamiento para fieles musulmanes que abarrotan Istiqlal para oraciones de tarawih. Durante Navidad y Pascua, Istiqlal devuelve el favor, permitiendo que católicos usen sus instalaciones cuando la catedral no puede acomodar a todos los asistentes.

En 2020 se completó el «Túnel de la Amistad» (Terowongan Silaturahmi), un pasaje subterráneo que conecta físicamente ambos edificios. Más que infraestructura, el túnel es metáfora arquitectónica: las dos grandes tradiciones religiosas no solo están una al lado de la otra sino literal y simbólicamente conectadas, permitiendo que personas de diferentes fes transiten entre espacios sagrados con respeto mutuo.

El Gran Imam de Istiqlal, Nasaruddin Umar, y el Arzobispo de Jakarta, Ignatius Suharyo Hardjoatmodjo, han realizado eventos conjuntos en el túnel, incluyendo ceremonias de iftar (ruptura del ayuno de Ramadán) donde católicos sirven comida a musulmanes, y misas navideñas donde musulmanes proporcionan seguridad y asistencia logística.

En 2024, se produjo una de las imágenes más fuertes en cuanto a la convivencia religiosa en armonía: el 5 de septiembre, el Papa Francisco y el Gran Imán Nasaruddin Umar firmaron la «Declaración de Istiqlal» en la mezquita, donde llamaron a evitar el uso de la religión para atizar conflictos. Durante el encuentro interreligioso, Francisco declaró: «Somos todos hermanos, todos peregrinos, todos caminando hacia Dios, más allá de nuestras diferencias».

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