La versión publicada por el diario católico francés La Croix en el sentido de que el Papa Francisco sólo iría a la Argentina si el presidente que surja de los comicios de este domingo es Sergio Massa disgustó al pontífice, al punto que sus allegados dejaron trascender que su visita no depende de quien ocupe la Casa Rosada.

“Mi visita a la Argentina no depende del triunfo de ningún partido o derrota”, dijo, tajante, el Papa ante sus interlocutores, consigna el sitio Infobae. Además, según el portal, Francisco afirmó que ni él ni su agenda están condicionados por algo partidario. “Nada me condiciona para decidir”, afirmó.

En este breve intercambio, también habló sobre quienes desde Argentina fomentan la visita sin su autorización: “Me siento muy incómodo con los curas que pasean por los medios hablando en mi nombre”, habría dicho el pontífice.

A pesar de su enojo, Francisco no desestimó una visita. Simplemente le disgusta que se lo asocie al triunfo o derrota de alguno de los candidatos a la Presidencia, completó el sitio en base a los allegados a Jorge Bergoglio.

La versión de La Croix se produce a cuatro días del crucial balotaje en el que Massa y Javier Milei, de acuerdo con las encuestas, llegan muy parejos en la intención de voto y la ansiedad crece en ambos espacios.

Milei fue años atrás muy crítico del Papa llegando incluso a insultarlo, lo que provocó una misa de desagravio de los curas villeros. Luego pidió disculpas, pero le achacó afinidad con dictaduras sangrientas.

En el primer debate presidencial Massa le pidió que se disculpara con el Papa y volvió a solicitárselo en el último y ambas ocasiones el libertario dijo que le había pedido disculpas en privado.

Milei insistió en que si Francisco quiere venir al país lo va a recibir con los honores que merece un jefe de Estado y la cabeza de la Iglesia católica.

El Papa manifestó varias veces en los últimos meses su deseo de venir al país tras las elecciones restando un estudio final de factibilidad.

La semana pasada la Conferencia Episcopal invitó formalmente al Papa a venir al país. Resta que lo haga el futuro presidente.