Un comunicado aclaratorio subraya que “En primer lugar, el IOR no acepta como clientes a instituciones o particulares que no mantengan una estrecha relación con la Santa Sede y la Iglesia católica. En segundo lugar, el IOR es un intermediario financiero supervisado, que opera a través de bancos corresponsales internacionales del más alto nivel y de reputación intachable que se rigen por normas internacionales”.
El pasado viernes 8 de septiembre un medio de comunicación ucraniano (canal 24) publicó una entrevista con Mijailo Podolyak, asesor de la oficina del presidente de Ucrania. En la entrevista una de las preguntas específicas fue: “Sobre la declaración del Papa Francisco sobre los herederos de la «gran Rusia». Continúan explicando lo que quiso decir. El Papa Francisco es un líder y es escuchado. ¿Hasta qué punto estas declaraciones han sido escuchadas o no en el mundo?”.
Podolyak responde tres cosas: 1) que las palabras del Papa anularon la reputación de la Santa Sede, 2) que así queda anulada cualquier intención de mediación del Vaticano y 3) mira “las inversiones que Rusia está haciendo en el banco del Vaticano. ¿Y por qué una posición tan extraña de un país llamado Vaticano? Es necesario analizarlo con un poco más de detalle”.
Aunque el Vaticano no tiene banco (la realidad así conocida se llama Instituto para las Obras de Religión, IOR), la afirmación suscitó suspicacias. Por esa razón el IOR emitió un comunicado afirmando cuanto sigue:
1) El IOR no recibe ni invierte dinero de Rusia.
2) El IOR rechaza enérgicamente las deducciones del Consejero según las cuales el IOR invierte dinero ruso.
3) Además de ser falso, tal actividad también sería imposible en vista de las estrictas políticas del IOR y de las sanciones internacionales que también se aplican al sector financiero.
El comunicado subraya que “En primer lugar, el IOR no acepta como clientes a instituciones o particulares que no mantengan una estrecha relación con la Santa Sede y la Iglesia católica. En segundo lugar, el IOR es un intermediario financiero supervisado, que opera a través de bancos corresponsales internacionales del más alto nivel y de reputación intachable que se rigen por normas internacionales”.
De ahí que, “Las declaraciones contrarias aparecidas en la prensa no se basan en nada y, por lo tanto, deben tomarse como tales”.
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