Urbanc: "Merece el debate y la participación de la ciudadanía"

Urbanc:

Planteó que esta posible reforma es 'un desafío que hay que asumir y trabajar'. Criticó a la clase política: 'Hay que buscar el bien común', dijo.

El obispo de la diócesis de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, consideró que la propuesta de la reforma constitucional que impulsa el Ejecutivo "merece ser debatida por todos como sociedad". Dijo que la nueva Constitución "debe apuntar al bien común, más allá de cualquier interés particular". Además, manifestó que si los ciudadanos no cumplen las leyes, "la Constitución no se cumplirá, ni aunque Jesús baje una nueva versión angelical desde el cielo". Las declaraciones fueron en exclusiva para el programa "Mentime que me gusta", que se emite por Radio Ancasti.

-¿Cuál es su opinión sobre este proyecto de reforma?

-Supongo que lo habrán ponderado lo suficiente como para lanzarlo a la sociedad. Creo que merece un debate. Lo importante va a ser la participación de la ciudadanía. En el mundo en que vivimos los cambios son grandes y muchas veces se necesitan ajustes de la marcha. Lo que era muy provechoso en un tiempo, quizás tenga cosas que hay que mejorarlas, cambiarlas y supongo que en esto se nos pedirá a todos una muy buena participación y creo que tenemos que estar abiertos. Todos somos ciudadanos de la misma provincia, pero la fe nos da un plus de conocimiento, de valores, de actitudes a cultivar y tendremos que aportar. Habrá que saber participar y saber qué es lo que se busca como el mejor bien para esta comunidad de Catamarca y ser todos corresponsales del bien común. Estoy en esta actitud, eso lo he planteado formalmente. En el momento que se convoque, tendremos que estar para debatir los distintos temas que se proponen. Tendremos que buscar algunos consensos para ver qué es lo que más corresponde y se adecua para nuestra situación catamarqueña.

-¿Qué le parecen los puntos sobre los que se quiere trabajar?

-Las medidas hay que conversarlas, las propuestas están, ahora las tenemos que reflexionar. El Estado tendrá que ir pensando en un cierto plan de achique en sus costos, eso es algo fundamental. Todos nos quejamos mucho de la burocracia, porque atrasa mucho. Los obispos cuántas veces dijimos que acá en Argentina tenemos una justicia largamente esperada y cosas que se hacen eternas. Tenemos que ver qué cosas se pueden ir agilizando, pero tiene que surgir de un consenso popular. Que el pueblo mismo se comprometa, que los ciudadanos nos sintamos reflejados en eso que tratamos de compaginar. Si es una cuestión parcial, que se quieren tocar algunas cosas, que sean realmente ajustes y los consensuemos. Hay cosas en las que no todos van a estar de acuerdo, eso pasa en todas partes, pero a algún acuerdo hay que llegar. Nos tenemos que sentar a debatir, ver los pros y los contras, buscar un punto de encuentro y comprometernos con eso. Nosotros podemos hacer un hermoso texto, pero si no lo obedecemos no sirve.

-¿Cómo se trabaja sobre eso?

-Aquí parece que estamos como muy acostumbrados a hacer algo para no cumplirlo, es triste. Creo que hace falta una madurez de la ciudadanía, para que cuando nos propongamos algo todos lo cumplamos. Tenemos que recordarnos que cuando se establece una ley, es para cumplirla porque en la medida que se cumple, ayuda a la convivencia en la sociedad. Si vamos a reformar algo solo por la reforma misma, no sirve. Debe haber un doble proceso. Analizar lo que hay, qué es lo que más conviene, pero a su vez un trabajo a conciencia de toda la ciudadanía a estar dispuestos a respetar aquellas cosas que se pongan allí. Si a mí me eligen como funcionario, tendré que respetar la ley y tendré que dar cuenta de mi gestión y tendré que responder con convicción y con capacidad y excelencia en la función que se me confía. Si soy un ciudadano, también tengo que atenerme a esa ley.

-¿Le parece que en la sociedad están dadas las condiciones para el diálogo político y social?

-El diálogo tiene que existir siempre. A los debates hay que darles el tiempo que se merecen, no podemos hacer una cosa a las apuradas. Si queremos trabajar en la Constitución, la trabajemos con serenidad, sin ponernos plazos. Tenemos una, no es que estamos en el caos. Hablemos, demos propuestas. Lo importante es que la ciudadanía asuma el compromiso de que vale la pena una reforma, sino no nos va a hacer bien. Que la gente piense y opine ahora que se le posibilita hacerlo. Que hable donde le corresponde hablar. Hay que dar tiempo a esto. Si queremos una reforma que sirva, tiene que bajar bien a la ciudadanía, que se haga cargo y escuche. Si no, después nos quejamos. No hay que ir a la chicana, porque eso nos debilita. Es un desafío, lo asumamos y lo trabajemos. Un año, dos, lo que sea, pero lo trabajemos y vamos a sacar resultados porque se trabajó con la ciudadanía y no con meros habitantes.

-¿A qué se refiere con "meros habitantes"?

-El que es un chupasangre, el que vive a costillas de otro es un habitante. El ciudadano se pone la ciudad y la provincia al hombro, trabaja, se compromete, es responsable. El ciudadano es alguien que aporta, que es propositivo y construye. El habitante solamente espera que los otros le resuelvan los problemas, y no puede ser así. Creo que hoy con esta propuesta de reforma tenemos un hermoso desafío de querer trabajar. No hay que tenerle miedo a un cambio, siempre uno tiene que ajustar las cosas. Ojalá que Dios nos ayude. Le pidamos a la Virgen del Valle que nos proteja, que no nos asustemos cuando alguien nos propone que pensemos. Siempre en la vida puede haber dobles intenciones, pero no es bueno que uno las esté buscando. Nos larguemos y seamos prudentes. Tratemos de mejorar todo lo que podamos hoy. Si cada uno cumple con su deber hoy, capaz que con la Constitución actual estamos bien. Pero si no lo cumplimos, por más que hagamos una que sea angelical, que la traiga Jesús desde el cielo, no va a andar porque nosotros no servimos.

Críticas a la clase política

 Por otra parte, el obispo lanzó críticas a la dirigencia política local, y dio a entender que quienes se opongan a debatir la reforma, será "porque tienen que cuidar intereses particulares".

"No sabría si es oportuna o no esta reforma, pero está. A veces hay cosas que aparecen. Si nos la proponen, la estudiemos. Supongo que tendrán que planteárselo los legisladores, que son los primeros que acusan recibo del mensaje. La ciudadanía también podrá preguntarse si nos conviene o no nos conviene que ajustemos un poco el lápiz de acuerdo a la situación que vivimos, no mirando nuestros intereses personales", dijo.

En tal sentido, Urbanc manifestó que "lo peor que hay es decir que algo es inoportuno porque toca mis intereses". "Ojalá que toque los intereses que son malos y los tengamos que sacar, porque quizás con eso no estamos caminando", enfatizó y subrayó que "lo que importa es el bien común y el bien de todos".

"Si eso va a llegar a tocar mis intereses personales, mis intereses partidarios, de funcionario o lo que sea, tendré que posponerlos porque yo tengo que buscar el bien común. Eso si soy honesto. Ahora, si no soy honesto, pondré el grito en el cielo y cuidaré mi gallinero. A mí como cura, si me toca algo, ¡bendito sea Dios!, porque yo también tendré que ceder algo que no funciona", disparó.

Por último, mencionó que no sirven los enfrentamientos y destacó la importancia del diálogo: "Si somos personas libres, queremos ser responsables, nos queremos poner la provincia al hombro y llevarla adelante, tenemos que trabajar. Tenemos que decirnos las cosas en los ámbitos de discusión que tiene que haber y con respeto. El otro puede pensar distinto a mí, pero lo escucho, le hago una contrapropuesta y debo ser respetuoso. El enfrentamiento no sirve. El diálogo sí, y significa saber escuchar al otro, discernir, expresar y fundamentar lo que creo y buscar juntos algo que mejore la vida de todos", expresó.

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