La última Misa de un sacerdote antes de ser asesinado

La última Misa de un sacerdote antes de ser asesinado

Su último acto fue la Misa, transmitida por las redes sociales de su parroquia. Menos de una hora después de haber terminado, fue asesinado

 

El padre Jorge Vaudagna llegaba a la parroquia de San José de Vicuña Mackenna, Río Cuarto, Córdoba, luego de celebrar y transmitir la Eucaristía en un domicilio, cuando fue interceptado por ladrones y en lo que habría sido, según la prensa local, un intento de robo, se resistió y fue abatido con tres disparos. Era poco antes de las 21, como precisó Martín Urricelqui, periodista riocuartense.

 

El martes 27 de octubre, el “Padre Coqui” había comenzado la transmisión por el Facebook parroquial las 19.09 con un momento de Adoración Eucarística y el rezo del Rosario. Como tantos sacerdotes en la Argentina y el mundo, estos días acompañados por puñados de fieles para transmitir la Eucaristía y que llegue a los hogares aislados por la Pandemia. Poco después de las 19.30 inició la celebración de la Misa.

En la Homilía, predicó sobre las parábolas del Reino de Dios y el grano de mostaza y la masa con levadura. “El reino de Dios está en crecimiento.(…) Así como un hombre sembró una pequeña semilla, el reino de Dios comienza en las cosas muy simples, cosas muy sencillas, cosas muy pequeñas. A veces estamos muy acostumbrados a lo esplendoroso, a lo grande. Cuando en definitiva el reino de Dios empieza con las cosas más simples, sencillas. Y por el poder de Dios hasta eso se convierta en algo grande. Por eso es importante descubrir que las cosas grandes comienzan desde la simpleza, desde la pequeñez, nada más que lleva su tiempo”. “A lo mejor uno si la sembró, no las pueda ver. La gozarán otros, las disfrutarán otros. Pero uno está llamado a cuidar esa semillita, regarla, cuidarla”, predicó en su última homilía. Providencialmente, son palabras que, según se recoge en testimonios, bien hacen de su propia vida parte de la parábola.

También providencialmente, en el marco de la Novena del Día de los Fieles difuntos, una de sus últimas invitaciones a la comunidad, antes de la bendición, fue justamente rezar cada jornada por ellos. Era poco después de las 20.

El Obispo de Río Cuarto Adolfo Uriona presidió la Eucaristía con cuerpo presente en el Santuario de Nuestra Señora de la Consolata de Sampacho. En la homilía recordó la entrega del padre “Coqui” a Dios, y puso de manifiesto el que su último acto haya sido justamente la Misa. “Sintió la vocación, lo siguió, y lo sirvió fielmente como sacerdote hasta el final. El último acto que tuvo antes de morir fue celebrar la Misa. Sin saberlo él, pero Dios sí lo sabía. Es el momento central en la vida de todo sacerdote. El momento culminante, la Eucaristía, es el momento central también en la vida de la Iglesia”, dijo el Obispo, visiblemente emocionado.

El último adiós será en su parroquia, en su comunidad, con una eucaristía que será transmitida en las redes sociales de la parroquia. Como tantos otros sacerdotes, que en estos tiempos han buscado en las redes la posibilidad de salir al encuentro de su comunidad para seguir regando esa semilla de mostaza sobre la que le tocó predicar en su última homilía.

Otro sacerdote víctima de la violencia y la inseguridad

Según informó el Ministerio Público Fiscal de Córdoba, ya hay dos detenidos por el asesinato, uno de ellos menor de edad.

En julio de este año había sido asesinado el Padre Oscar Juárez, sacerdote del arquidiócesis de Tucumán apuñalado en su hogar en un aparente intento de robo. El presunto asesino se encuentra detenido.

 

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