El Arzobispado de Tucumán aclaró hoy que los enviados del Vaticano que llegaron a la capital provincial para reunirse con funcionarios del gobierno y con el fiscal que investiga la muerte del sacerdote Juan Viroche "no son enviados directo del Papa Francisco", como anunciaron luego de salir de la Casa de Gobierno y advirtió que están convocando a una marcha para reclamar justicia que no cuenta con el aval de la Iglesia.

"El Arzobispo (de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca) tomó contacto telefónico inmediatamente con el Nuncio Apostólicoquien, a su vez, habló al Vaticano y se comunicó directamente con su Santidad el Papa Francisco, el cual, en dicha comunicación, ha desmentido categóricamente que él haya enviado a éstas o a cualquier otra persona para presentarse en su nombre", señala un comunicado del arzobispado local.

El documento destaca que Gustavo Vera, Legislador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y presidente de la Fundación La Alameda, junto con el abogado Mario Baudry se entrevistaron hoy con el ministro de Gobierno y Justicia de la provincia, Regino Amado y con el fiscal Diego López Ávila para interiorizarse sobre la marcha de la investigación de la muerte de Viroche.

"Al solicitar las entrevistas se han presentado como enviados directos del Papa Francisco" lo que no es cierto, según expresa el documento.

El arzobispado también se refirió a una convocatoria lanzada en las redes sociales para reunirse esta tarde en el Colegio León XIII, a la que, "supuestamente, asistirían catequistas, maestros de religión, sacerdotes vinculados a la pastoral social y la hermana del padre Juan".

"La convocatoria ha sido realizada por los autoproclamados enviados papales", quienes anuncian que "marcharía hacia la plaza Independencia en reclamo por el narcotráfico, la inseguridad y la muerte del sacerdote", advirtió el documento.

"Dada esta realidad el Arzobispo advierte que las personas mencionadas no cuentan con el aval ni del Santo Padre, ni del Nuncio Apostólico, ni del suyo propio", concluye el parte de prensa.

Baudry habló con los medios de prensa luego de reunirse con Amado y aseguró: "El Vaticano quiere saber lo que sucedió y nosotros vinimos a ver cual es la realidad y tratar de transmitirle al Papa detalles de la causa".

"Estamos hablando de un sacerdote que denunciaba las drogas y las mafias políticas, entonces es lógico que el Papa esté preocupado como pastor de su iglesia", remarcó antes de reunirse con el fiscal López Avila para informarse sobre la marcha de la causa y acceder al expediente.