El administrador diocesano del Obispado Castrense, monseñor Pedro Candia, hizo llegar al director nacional de Gendarmería Nacional, comandante general Omar Ariel Kannemann, las “más sinceras condolencias” por la muerte de 42 gendarmes al desbarrancarse el micro en el que viajaban por la ruta nacional 34, a la altura de la ciudad salteña de Rosario de la Frontera. 

“Sabemos que las palabras sirven de poco cuando uno ha sido herido por el dolor que causa la muerte de los seres queridos, pero no quiero que le falten las nuestras, para que sepa que el Obispado Castrense de la Argentina, y toda la familia que lo integra, toma parte en el dolor y reza por las almas de nuestros queridos hermanos para que Dios los tenga a su lado”, escribió en un mensaje a las autoridades de la fuerza. 

“Solamente en la fe en Cristo Jesús, que resucitó de entre los muertos, encontramos el alivio y la fortaleza para hacer frente a la adversidad y la tristeza”, recordó. 

Monseñor Candia elevó, junto con los capellanes castrenses y sacerdotes auxiliares de las fuerzas, una plegaria a Dios para que “recoja en su seno y conduzca a todos nuestros hermanos difuntos al lugar de la luz y de la paz que no tienen fin”.