Therese Nyirabuke, de Ruanda, define como “feminismo constructivo” esta participación. En el Sínodo de Obispos de la Familia participan 359 personas entre los que se encuentran en calidad de auditoras 31 mujeres, que acuden junto a sus maridos (18 matrimonios) o solas como especialistas en teología, bioética o acompañamiento de familias en dificultad.
Estas son las mujeres por ahora, que han intervenido en el Sínodo:
-- María Monserrat Rosell. Acude con su marido, Eugenio Gay Montalvo (ex juez del Tribunal Constitucional). Es el único matrimonio de España. Ambos pertenecen a los grupos de matrimonios de la parroquia de San Francisco de Sales en Barcelona. Llevan 44 años casados, tienen 4 hijos y 9 nietos. “Paciencia, mucho amor, ceder, saber aceptar a la otra persona como es”.
-- Therese Nyirabukeye, (Ruanda). Experta en bioética y planificación familiar natural. Lleva más de 30 años trabajando en este campo. Pertenece a la Federación Africana para la Acción Familiar. Aunque la sociedad actual pueda pensar que retrasar o evitar hijos por medio de métodos naturales (no anticonceptivos) es algo utópico, lo cierto es que esta experta señaló que las mujeres a las que forma “conocer su funcionamiento biológico ha sido fundamental en su vida y les da cierto orgullo. Me pidieron que cuando fuera al Sínodo transmitiera lo felices que están de haber descubierto la belleza de la familia y de estos métodos”, recoge romereports. Definió la presencia de las mujeres en este sínodo como “un feminismo constructivo”.
-- Moira McQuenn, profesora universitaria de bioética (Canadá) y directora del Instituto Católico de Bioética de su país. Además de sentirse contentísima por representa a la comunidad femenina, dijo que no veía “diferencias cuando intervienen hombres y mujeres, en particular en los círculos menores nos hemos sentido muy acogidas, y ha sido muy reconocido por los padres sinodales nuestro rol. Estoy feliz de que las mujeres sean cada vez más incluidas en el camino sinodal”, informa Zenit.
-- Ketty Abaroa de Rezende, de Brasil, acude con su marido Pedro Iussieu de Rezende. Llevan casados 36 años, padres de siete hijos y abuelos de 5 nietos. Trabaja en la Universidad Estadual de Campinas y colabora en la pastoral familiar, Señaló que es importante rechazar “un falso feminismo que no se refiere al rol de las mujeres” y apuntó que la familia “también es cosa de los hombres”.
-- Ishwar Bajaj, de la diócesis de Mumbai (India), participa junto a su marido, Penny Bajaj. Llevan casados 39 años. Al principio él era hindú, pero con el paso del tiempo, decidió hacerse cristiano.
-- Gertudris Clara Rubio de Galindo, de México. Viene como matrimonio con su marido,Andrés Salvador Galindo López, secretarios ejecutivos de la Comisión Episcopal para la Familia de la Conferencia del Episcopado Mexicano y secretarios del CELAM para la zona de México-Centroamérica. Casados desde hace 45 años, con dos hijos y cuatro nietos, recordaron que sus primeros años fueron difíciles, que sus familiares les aconsejaban separarse.
-- Meshack Jabulani Nkosi y su marido Buysile Patronella Nkosi miembros del Comité Asesor para el Consejo Nacional de la Familia de la Conferencia de los Obispos Católicos de Sudáfrica. Casados desde hace 35 años con 5 hijos y ocho nietos, tres de sus hijos, contrajeron matrimonio católico con personas no católicas, pero caminan “con dos credos y un solo amor”.
-- Patrizia Paloni, auditora, de Italia. Acude junto a su marido Massimo y su bebé, David, de 4 meses. Viven en Holanda, desde hace 11 años como misioneros del Camino Neocatecumenal y tiene 12 hijos. "Estoy muy agradecida a Pablo VI. Era muy joven cuando me quedé embarazada del tercer hijo, tenía 24 años, y me decían: Pero, para. Sois jóvenes y hay que ser responsables. Ahora, veo la foto de mis hijos y pienso: ¿Cuál de ellos no debería haber existido?”, recoge romereports
-- María Angélica Perea, de Colombia, viene con su marido Luis Rojas. Este matrimonio colombiano lleva 10 años trabajando como mediadores familiares. Han ayudado a recomponer muchos hogares cuando parecía que todo estaba perdido. La clave: familias que acompañan a familias.
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