Tierra Santa, olivos arrancados para construir el muro en el Valle de Cremisan

Tierra Santa, olivos arrancados para construir el muro en el Valle de Cremisan

Excavadoras en acción en Beit Jala, la zona donde desde hace nueve años se libra una batalla judicial entre el ejército israelí y 58 familias cristianas palestinas

Por GIORGIO BERNARDELLI

Han llegado las excavadoras para tirar abajo los primeros olivos del Valle de Cremisan. Después de que a principios de julio –con un clamoroso cambio de idea respecto a una sentencia de solo tres meses antes-- la Corte suprema de Israel diera luz verde, ayer el ejército israelí comenzó a

arrancar los olivos de cinco familias cristianas palestinas para construir la “barrera de separación” en la zona de Beit Jala, a pocos kilómetros de Belén. Parece cercano un epílogo amargo a la batalla judicial que desde hace nueve años ve a 58 familias cristianas de Tierra Santa –con el apoyo abierto del patriarca latino de Jerusalén Fouad Twal-- intentar defender sus territorios amenazados por la ruta elegida por las autoridades israelíes para levantar el alto muro de cemento que dividirá Israel de los territorios habitados por los palestinos. 

Lo que ha ocurrido en los últimos meses sabe a burla para los palestinos de Beit Jala: la Alta corte de Justicia israelí el 2 de abril había acogido las objeciones presentatas por la Sociedad de Sant'Yves, un organismo católico de Jerusalén, según el cual la ruta elegida desde 2006 por el Ministerio de la Defensa para la construcción del muro en el Valle de Cremisan no era la única posible. La acusación es que se haya elegido deliberadamente esta ruta para permitir una posible futura ampliación de los cercanos asentamientos israelíes de Gilo e Har Gilo, privando a la vez a 58 familias palestinas de la propiedad de los olivos que cultivan desde siempre. A empeorar las cosas está el problema de los dos conventos salesianos que –en el proyecto original-- habrían sido divididos quedando inaccesibles para los 450 chicos palestinos que frecuentan sus escuelas. Por estos motivos la Alta Corte había invitado expresamente al Ministerio de la Defensa a presentar una ruta alternativa que provocase los menores daños posibles a la población local. Y el patriarca Twal había recibido esta decisión como una “victoria de la misma justicia israeliana”. 

Sin embargo el pasado 6 de julio hubo un clamoroso cambio de idea: la misma Corte suprema dio luz verde al inicio de los trabajos para la construcción del muro en el Valle de Cremisan, conformándose con la promesa por parte del Ministerio de Defensa de que el área de los dos conventos no sería tocada. Una posición aparentemente contradictoria que no tiene ninguna consideración con los derechos de 58 familias palestinas y que –en una entrevista a la agencia Fides-- el vicario del patriarca latino, monseñor William Shomali, hipotizaba que podría ser “una reacción al reciente reconocimiento oficial del Estado de Palestina por parte de la Santa Sede”. 

 

Contra esta decisión el 30 de julio la Sociedad de Sant'Yves había presentado un nuevo recurso de urgencia a la Alta Corte de Justici, pidiendo que se pararan los trabajos de construcción al menos hasta que no fuera entregado a todas las partes la nueva ruta del muro en la Valle de Cremisan, como contemplaba la sentencia de abril. Antes de la decisión de la Corte suprema sobre esta última petición, ayer el Ministerio de la Defensa envió las excavadoras para tirar abajo los primeros olivos y comenzar así la obra. 

La noticia fue acogida con desconcierto por la comunidad cristiana de Beit Jala que ha respondido con el gesto que desde hace años acompaña esta batalla: esta mañana se han concentrado juntos para rezar entre los olivos cortados para expresar su dolor y protestar por lo que está ocurriendo. 

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