Tawfik: el Irak del futuro deberá ser laico y confederado

Tawfik: el Irak del futuro deberá ser laico y confederado

Habla el intelectual iraquí que vive en Italia. «La batalla de Mosul marca un cambio, pero será largo». «El EI quiere combatir con francotiradores y utilizar kamikazes y coches bomba». El papel decisivo de las potencias regionales, empezando por Irán y Turquía.

FRANCESCO PELOSO - ROMA

Younis Tawfik es escritor y periodista iraquí, estudioso de la historia del mundo árabe, vive en Italia y mantiene fuertes vínculos con su país de origen. Le pedimos que nos explicara qué está sucediendo en Irak, cómo procede la batalla de Mosul y cuál podría ser el futuro de una nación que desde hace demasiados años vive un conflicto interminable.

¿La batalla de Mosul es verdaderamente decisiva como parece o se trata solo del enésimo capítulo de una crisis infinita?

La batalla en curso representa un cambio y los resultados en el terreno lo demuestran. Desde el norte llegan las tropas kurdas de los peshmerga, y avanzan con 3 mil sunitas entrenados por los turcos y grupos cristianos. Han liberado centros que se encuentran en los alrededores de Mosul, también de mayoría cristiana, por lo que se trata de progresos importantes. De hecho (desde esta parte del frente) los combates se desarrollan todavía en la periferia de Mosul, en algunos barrios del extremo norte; el avance es lento, porque los que podemos llamar liberadores no quieren provocar un número elevado de víctimas entre la población civil. También en el sur ha habido conquistas, diferentes localidades y algunos centros petrolíferos, por lo que la ciudad está rodeada. Y este es justamente el problema: que habrá que combatir una batalla casa a casa; el EI cuenta con francotiradores, con kamikazes y con coches llenos de explosivos. El ejército iraquí combate, obviamente, de otra manera. Y luego, el EI está creando distracciones para llamar la atención de las tropas que rodean Mosul. Un día ataca Kirkuk, otro Rutba, en donde provoca víctimas tanto civiles como militares. No se trata, pues, de una batalla fácil, no será posible obtener resultados en pocos días. Todas las partes en el campo quieren que la ciudad de Mosul sea liberada, porque es el último bastión del EI en Irak.

¿Qué hace falta para acabar la operación?

Nos encontramos nuevamente frente a cierta timidez por parte de la comunidad internacional. Ni los estadounidenses ni los europeos se deciden; sí, hay algunas ayudas, pero hay más palabras que otra cosa.

¿Cuáles son los motivos de esta incertidumbre?

Hay varios factores. Por una parte, los países occidentales no quieren pérdidas humanas en este conflicto; hay que considerar que en Estados Unidos están por llegar las elecciones y Obama trata de salir lo más limpio posible de su mandato, hay que considerar su imagen de pacifista (aunque la cuestión toque muy de cerca a los Estados Unidos); los europeos no son capaces de tomar una decisión unitaria. Italia está ausente, Gran Bretaña y Francia temen que se repita el horror de Libia, no quieren suscitar otras situaciones de rabia y no quieren más pérdidas humanas. Pero al mismo tiempo, sabemos que esta batalla la están combatiendo terceras partes: una parte de los iraquíes cuenta con el apoyo de Irán y detrás de Teherán está Rusia; por otra parte, tenemos a los sunitas apoyados por Turquía, por Arabia Saudita, de alguna manera, y también por el Occidente, pero con timidez. Además, hay que considerar que el apoyo turco es rechazado por el gobierno iraquí, mientras las milicias de la Guardia revolucionaria iraní y las milicias chiitas en general pueden intervenir en el conflicto. Los sunitas civiles, iraquíes, que se encuentran entre el EI y el juego de estas potencias regionales, son los que están pagando el precio más elevado.

¿Es cierto que el problema de esta guerra, de la crisis que vive el Medio Oriente, es el de la contraposición entre chiitas y sunitas?

No, por supuesto que no. Es una versión de las cosas que tenía que funcionar para convencer a la población a que combatiera, por ello el problema se ha vuelto, en parte, religioso, como si fuera una batalla entre sunitas y chiitas. Pero los que mueven los hilos son estas dos potencias regionales que compiten por Irak y Siria. Turquía, por una parte, e Irán, por otra. Es una contraposición que lleva muchos siglos. Irak es estratégico para ambos países, pero hoy se suman otros factores: el petróleo iraní y el petróleo ruso, el gas ruso, deben pasar a través de Irán, Irak y Siria para llegar al Mediterráneo. Turquía quiere lo mismo: que el gas ruso pase por Irak para llegar a Turquía, pero, además, no quiere que nazca otro estado kurdo en la región. Hay que tener en cuenta que Mosul, después de la Primera Guerra Mundial, fue reivindicada por Turquía y ocupada militarmente, pero los turcos se vieron obligados a retirarse después de un referéndum promovido por las Naciones Unidas: los habitantes de Mosul eligieron quedarse con Irak y no con Turquía, y esta última todavía tiene mucho interés en la ciudad.

El Patriarca caldeo Luis Sako pidió algunas cosas por el futuro del país. Entre ellas, la división neta entre la religión y el estado, la afirmación de los derechos de la ciudadanía (no una legislación con bases étnicas) y un papel activo de los cristianos en ámbito público. ¿Es solo un sueño?

Un Estado religioso no puede garantizar la libertad de todos. Solo un estado laico, con la división entre la religión y la política, puede garantizar la libertad para los creyentes y no creyentes, para musulmanes, cristianos yazidíes, hebreos, etc. Irak tiene un mosaico de etnias y de pertenencias religiosas muy complejo. En mi opinión, la única solución para el Irak del mañana es la construcción de un Estado confederado con garantías claras para las minorías. Yo fui uno de los que se oponían al régimen de Saddam Hussein, que no garantizaba la libertad de opinión, pero defendía a las minorías religiosas, que tenían sus derechos. Hoy esto es muy difícil. Bajo este perfil, la injerencia política iraní es un problema. Por otra parte, los estadounidenses que han provocado todo este caos deben intervenir para presionar políticamente a los iraquíes con el objetivo de que cambien un poco las cosas en la política interna. Además, hay que tener en cuenta que existen las milicias chiitas radicales que, en diferentes ocasiones, cuando han entrado a las ciudades liberadas del EI, han provocado violencia y masacres. Los mismos habitantes de Mosul temen deber someterse, después de haber vivido bajo el EI, a las milicias chiitas.

¿Se corre el riesgo de las venganzas entre etnias?

Sí, se trata exactamente de esto.

Pero el EI no llegó a Irak casualmente…

El Ei no nace de nada, sino de una costilla de Al Qaeda. Después de la fuerte presión estadounidense, Al Qaeda se retira hacia Siria, entre 2009 y 2010. Allí entró en contacto y en conflicto con otro grupo fundamentalista, Jabhat al Nusra. Al Zawahari (líder de Al Qaeda, ndr.), da la orden desde Afganistán de volver a Irak. En ese momento Al Baghdadi desobedece, después de haber ocupado Raqqa, se separa de Al Qaeda y declara el nacimiento del Estado Islámico de Irak y la gran Siria. Esto sucedió bajo las narices del régimen sirio, porque con el pretexto de combatir contra el terrorismo podía reprimir la revuelta y la resistencia armada. Hay que recordar, entre otras cosas, que Raqqa no ha sido bombardeada nunca por nadie, todavía hoy cientos de milicianos del Estado Islámico llegan a Mosul desde Raqqa, y nadie interviene. En Irak Al Baghdadi contó con la ayuda del partido Baath, el de Saddam Hussein, y allí fundó el Estado Islámico, porque el objetivo era el de extenderse, más allá de Siria e Irak. El gobierno de Baghdadi con Al Maliki, se tomó demasiado tiempo al principio, según cálculos internos, y ahora Al Abadi (primer ministro iraquí, ndr.) debe liberar al país de los fundamentalistas.

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